De los comicios participarán 545 candidatos a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Con la mayoría de los candidatos afines al chavismo gobernante y la oposición negándose a participar en un proceso al que considera totalmente diseñado para la perpetuación en el poder del presidente Nicolás Maduro, la jornada del 30 de julio queda lejos de verse como un ejercicio de la democracia y muy cerca de ser, según clama la oposición, el ejemplo de la “deriva autoritaria” del Gobierno socialista.
Tras una semana de choques, se prevén para la jornada electoral enfrentamientos entre los manifestantes llamados a bloquear los colegios electorales y las fuerzas gubernamentales que cumplirán la reciente orden del régimen de prohibir y reprimir cualquier protesta que “perturbe” la votación.
Tras un mes de oleada de protestas en las calles del país, Nicolás Maduro propuso el 1 de mayo conformar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva constitución como respuesta de “paz”. Las consecuencias fueron diametralmente opuestas: la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que logró una gran victoria en las legislativas de 2015, se niega a participar en un proceso que considera fraudulento y que busca “consolidar la dictadura”.
La oposición llamó a un "boicot" contra la Constituyente, ante lo cual Maduro prohibió toda protesta callejera que pueda afectar la elección y advirtió que los infractores se exponen a penas de hasta 10 años de cárcel.
La Fiscalía ha recibido denuncias de funcionarios públicos a los que se les ha amenazado con despedirlos si no van a votar mañana. También hay denuncias de que se bajará de los programas sociales a los que no voten.
Las amenazas de prisión de Maduro están haciendo mella en los militantes opositores que han estado encabezando las protestas callejeras en estos cuatro meses. Ayer pocos venezolanos respondieron al llamado a una marcha sobre Caracas.
Tras concluir el jueves una huelga general de 48 horas que dejó ocho muertos, pequeños grupos bloquearon ayer viernes con barricadas de basura y con cuerdas algunas vías del este y oeste de Caracas y de ciudades como Maracaibo, segunda del país, y San Cristóbal, en la frontera con Colombia.