Jaime fue un personaje central de la historia política de Salta y el país. Nacido en Salta el 9 de octubre de 1932, desde joven comenzó a trabajar como obrero textil, y luego fue maestro de escuelas rurales.
Ayer, por un error, se lo dió por fallecido, lo que generó consternación. Incluso la Cámara de Diputados llegó a iniciar con palabras de homenaje, hasta que se aclaró que está enfermo, pero conciente y con la lucidez que lo caracteriza.
Ferviente convencido de que la política es un instrumento de cambio, comenzó su militancia en la adolescencia, “a los 16 o 17 años”, en la JP, atraído por la figura del entonces gobernador Carlos Xamena.
En Santa Victoria Oeste, donde enseñaba, fue uno de los organizadores de unidades básicas y de los campesinos. Por esto, el golpe del 55 lo dejó cesante.
Entonces se fue a vivir a Tucumán, donde se incorporó a la Resistencia Peronista, en el Comando 17 de Octubre. Ahí conoció al comandate Félix Serravalle, que luego iba a integrar la primera organización guerrillera de esa época, Los Uturuncos.
De vuelta en Salta, Jaime participó de la fundación de la Lista Verde, que iba a impulsar la candidatura a gobernador de Miguel Ragone. También fue un dirigente destacado en la CGT.
Fue uno de los fundadores del Movimiento Revolucionario y Peronista (MRP) y luego integró el Frente Revolucionario Peronista (FRP). Más tarde impulsó el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), junto al dirigente sindical de Luz y Fuerza Agustín Tosco y al dirigente político Mario Roberto Santucho, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Con la intervención a la provincia sufrió la persecución política y la represión, y terminó exiliándose del país, ya con la dictadura. A su regreso siguió militando, tanto para el esclarecimiento de los crímenes cometidos por la represión militar, entre ellos el asesinato de su primo, el periodista Luciano Jaime, como para lograr una patria más justa y soberana. Fue uno de los creadores del Movimiento Obrero Campesino y Estudiantil Popular (MOCEP).
