Lo aseguró ayer a Nuevo Diario la subsecretaria de Medicina Social del Ministerio de Salud, Marisa Álvarez, al sostener que esa era la conclusión a la que se había podido llegar tras las informaciones que se lograron recolectar de manera indirecta.
En los próximos días, aseguró, se viajará hasta el lugar para poder corroborar en el caso la "causa raíz" de la muerte de esta mujer de 23 años, que esperaba su segundo hijo y era de la comunidad wichí de esa localidad.
Según indicó Álvarez, la mujer había sido diagnosticada por una integrante del equipo médico del Hospital Italiano cuando hicieron recorrida por la zona y le realizó el primer control, estimando que la mujer estaba de 28 semanas.
Se solicitó en ese momento ecografía y laboratorio y se anota en un carné que la mujer presentaba presión alta. "Que una mujer embarazada esté así para los tocoginecólogos genera un alerta, porque podemos estar frente a una eventual complicación si se mantiene en esos niveles o se eleva", dijo la médica.
Ambulancia en reparación
El sábado que pasó Marcela Frías comenzó con vómitos, presuntas convulsiones y dolores de cabeza. Fue entonces que desde Pozo El Bravo se solicitó ayuda al Hospital de Alto La Sierra. Pero el Hospital tenía "la ambulancia en reparación".
Álvarez indicó que la ambulancia se solicitó al Hospital de Santa Victoria Este cerca de las 22.30. Fue entonces que se envió el vehículo a Pozo El Bravo y se decidió que ante la situación de los caminos se derivaba directamente a Tartagal, el Hospital de referencia más cercano.
Tartagal se comunicó con Ballivían para que ceda otra ambulancia y "la gerenta del Hospital convoca al mejor enfermero para que se ocupe del caso". El hecho es que se debía hacer el traspaso de una ambulancia a otra en Zopota (zona de paso), para que "no quede sin ambulancia Santa Victoria". Y es que, según Álvarez, había otros traslados pendientes en el sector de donde se hacía el traslado.
Indicó que cuando se realiza dicho traspaso entre ambulancias la mujer ya presentaba una situación "muy complicada", y a los pocos minutos es que sus signos vitales comienzan a debilitarse. Antes de poder llegar al destino final, el Hospital de Tartagal, la mujer falleció junto al bebé que esperaba. Desde el Ministerio aún se espera conocer qué pasó con los pedidos de controles que se habían realizado.
“Deben ser evacuadas”
Álvarez entendió que cuando se presenta una situación como la que se dio en Alto La Sierra, es necesario que las mujeres sean trasladadas a otro lugar cercano a los hospitales de referencia.
Y es que los controles cuando aparece la presión alta, si son estrictos, impiden la muerte de las mujeres y los bebés que esperan. "Son mujeres que no deberían morir si están en el medio adecuado y con profesionales cerca... una mujer con este tipo de patología debería ser evacuada", señaló Álvarez.
De todos modos, indicó que conoce la zona por los recorridos que realizó y "sabemos lo difícil que es para esa mujer irse a otro lugar. Es muy difícil sacar pacientes de estas comunidades para que los revisen, pero es lo que se debe hacer", reconoció la funcionaria.
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