Ese número implica la necesidad de asegurar a futuro la fuerte demanda habitacional.
Los ocupantes llegaron a los terrenos a las 4 de ayer con el fin de poder conseguir respuestas a un desesperado pedido de terrenos ante la imposibilidad de volcar el pago en alquileres o de continuar viviendo hacinados en sus viviendas.
Cerca de las 6, los vecinos contaron que una persona a la que llaman “el chanchero”, y que vive en esa zona, habría sido quien llamó a la Policía.
Los vecinos, que decidieron cortar la circunvalación a la altura del barrio Urkupiña, acusan la presunta connivencia de la Policía con el hombre mencionado, dado que “más de una vez vinimos aquí y no pasan ni dos horas que ya aparece toda la Policía por todos lados.
Los vecinos denunciaron además que este hombre estaría vendiendo los terrenos que son de propiedad del Estado provincial. Una de las vecinas contó ayer mientras estaban en el corte con los integrantes de las demás familias que cada uno de los terrenos se estaban vendiendo en 30 mil pesos.
Sostuvieron que dentro de la zona hay unas tres hectáreas de las que se adueñó este particular y sostuvieron que “lucra con lo que no es de él... tiene un teje y maneje con la Policía”.
“Si es así entonces tienen que denunciarlo porque hacer algo así implica una estafa”, dijo Sarmiento a Nuevo Diario al sostener que situaciones como estas ya sucedieron con anterioridad en barrio Las Colinas, donde se denunció a la persona que se adjudicaba la posibilidad de vender terrenos.
Los vecinos que se asentaron ayer, por su parte, indicaron que en realidad se hicieron las denuncias en la Policía pero “la Policía dice que no encuentran las denuncias que presentamos”.
Ayer, en tanto, había entre diez bebés y niños menores y aseguraron que pese a ello “nos sacaron con forcejeos”.
La Policía se limitó a decir “es su versión”, y aseguró que los vecinos se fueron “por su propia voluntad”. Mientras, ayer mantenían la orden de hacer el “despeje de ruta”.
Historias
“Yo vivo con mi hijo. Soy madre soltera y vivo en una piecita de Villa Las Rosas en donde alquilo”, dijo una de las vecinas al indicar que el dinero no le alcanza dado que trabaja itinerantemente y lo poco que gana debe destinarlo o a comprar alimento o a pagar el alquiler, dado que de otro modo “me sacan”. Aseguró que hay una vecina que hace unos 15 años que espera el terreno y pese a tener a su cargo a una persona con discapacidad no logra que desde la entidad provincial se gestione un terreno en donde vivir.
“Son inhabitables”
Sarmiento dijo que por más que existan esas tierras que confirmó, son fiscales (parte de la finca San Francisco), los terrenos son inhabitables dado que no cumplen con las condiciones necesarias para ser entregados. El primer problema radica en que apenas llueve esa parte se inunda por ser baja. “De hecho por esa situación se llama Los Piletones”, agregó.
En segundo lugar, indicó que otro factor que impide la posibilidad de disponer viviendas en la zona es la cercanía que tiene con el vertedero San Javier. Y es que sostuvo que lo más cercano al basural es el asentamiento de Gauchito Gil que se encuentra a escasos 200 metros del Vertedero. Según las normativas municipales, las urbanizaciones deberían estar a unos 500 metros del basural.
Santuario
Los vecinos de la zona que ayer tuvo el episodio de la ocupación de tierras, solicitaron al Arzobispado de Salta la posibilidad de erigir en la zona más alta (en una lomada que tiene menos de una hectárea), un santuario para la virgen de Urkupiña.
"Es un tema que debe resolver el Arzobispado", dijo Sarmiento al indicar que las tierras fueron cedidas (como muchas otras), por la provincia a la Iglesia Católica.
Una advertencia
Por otra parte, Sarmiento indicó que la imposibilidad de urbanizar tierras cercanas al Vertedero no solamente se manifestó en el caso de estas tierras. En este punto explicó que la dependencia a su cargo decidió enviar un informe al Concejo Deliberante cuando se trató la donación de 14 hectáreas de Cerámica del Norte a la Municipalidad, en donde quedaba como posibilidad la extensión de tierras para seguir adelante con el vertedero.
"A nosotros ese es un tema que nos preocupa porque quedaría más cerca y no es posible", dijo.
