La joven, que en septiembre de 2016 denunció a su superior por acoso laboral y violencia de género, estaba con licencia médica psiquiátrica desde hacía tiempo, debido precisamente a la situación que le tocó vivir dentro de la fuerza policial.
En junio pasado, luego de que estuviera a punto de ser exonerada de la policía, se reconsideró su situación.
Ahora, la Jefatura dispuso que tiene que volver a cumplir tareas. Sin embargo, la joven indicó a Nuevo Diario que no es una buena noticia, “porque me dieron el alta sin el consentimiento de mi médico”, quien considera que debe seguir en tratamiento.
Gay contó que ayer se presentó en la Jefatura de Policía a las 7 de la mañana y la mandaron al Destacamento de Villa Palacios, donde “me tuvieron hasta las 10 de la noche” y luego le informaron que tenía que “volver a la noche a trabajar 9 horas más. Doce horas el primer día, eso es la venganza de la policía”, afirmó.
Tras denunciar a su superior directo en el norte provincial, Gay también denunció penalmente al jefe de policía, Ángel Silvestre, y al ministro de Seguridad, Carlos Oliver, por desobediencia judicial, ya que habían incumplido una decisión de la jueza de Violencia Familiar de Tartagal, Susana Menéndez, que le había dado la razón a la agente e incluso ordenado que haya una restricción de acercamiento para miembros de la policía, por la violencia ejercida en su perjuicio.