“El hostigamiento no es nuevo, ayer (por el martes) un oficial me dijo que era voluntario, que no tenían orden judicial, pero querían ver si había artículos robados”, dijo. Estas situaciones donde hay chicos adictos no es extraña, ya que roban para vender, por el costo de la droga.
“Los adictos no tienen un lugar de contención, siempre tienen que volver a su casa, pero resulta que su casa esta rodeada de vendedores, que son los mismos que les entregan dos porros para vuelvan a fumar y así el círculo, de no terminar”, dijo María Elena Pena, que integra la Asociación de Madres de Lucha contra el Paco, a nivel nacional.
Le preocupa que al Gobierno no les interese y bajen los presupuestos para los tratamientos.
También fue la encargada de denunciar a unas mujeres que venden en dos casas en el lugar, y que sin embargo quedaron libre a las pocas semanas. Un sólo paquete de la droga cuesta $50, asegurando que quien vende en una hora gana $2500.
“Hoy mi hijo está detenido por robo, cuando lo que debería hacerse es tratarlo, para evitar que robe”, sostuvo. “Mientras tanto, el hostigamiento no cesa y es de todos los días, lo peor es que siguen vendiendo y los vecinos no se animan a denunciar”, dijo. Pena entiende que la gente está con miedo de las represalias de los vendedores.
Ya se presentaron casos de personas que fueron apedreadas por su reacción ante la difícil situación.