Rita Segato fue profesora de Antropología Social en la Universidad de Brasilia y es especialista en temáticas de género, ligadas a las problemáticas de violencia contra las mujeres.
Vino a Salta con su mirada comprometida en Latinoamérica y fuertes aportes sobre el feminismo con términos que acuña como la "conquistualidad" -para definir lo que pasa en materia de violencia- y la de la "pedagogía de la crueldad" -relacionada a los modos en los que ésta se imprime en los cuerpos-.
Previo a sus disertaciones diálogó con Nuevo Diario, sobre la problemática de la violencia de género desde distintos aspectos, pero también para poner sobre la mesa un mensaje que versa que la solución de este flagelo se encuentra en el seno de la misma sociedad, y en una vuelta a un mundo en donde las mujeres tengan la posibilidad de construir la política.
Para la antropóloga, la violencia de género es un problema de hombres y mujeres en una sociedad inmersa en una agresión constante, no solamente a las mujeres sino a toda la sociedad que lo está sintiendo.
Teniendo en cuenta además el bombardeo de información y las cifras crecientes de femicidios en Argentina, para la especialista en este tema por un lado hay un “mensaje desesperanzador” que reside en “el fracaso de las políticas de género”, y de los intentos frustrados del Estado, a pesar de sus avances en el ámbito legislativo -y hasta en el discurso-, que no lograron revertir esta situación preocupante.
Así, Segato se plantea que por otro lado sí existe un mensaje esperanzador que consiste en “pensar cómo sería una política de las mujeres, cómo es hacer política dentro de otro registro, en la historia de las mujeres”, retomando “el control de la vida y de las decisiones”, como históricamente lo hicieron en tiempos precoloniales, donde para la investigadora existía un mundo menos violento e igualitario: “Creo que habría que retomar esa historia ante la falencia del campo público, y eso se puede: `en las marchas las mujeres nos estamos viendo las caras´, se trata de un espacio donde confluyen mujeres de muy distintos tipos, muchas posiciones diferentes, metas, pero como mujeres; y ahí se da la posibilidad de gestar un camino de la política que viene de esa otra historia que quedó cancelada por el proceso de la modernidad”, concluyó la antropóloga social.
La perspectiva punitivista
Rita Segato se aparta de la perspectiva punitivista y sostiene que es la Justicia la que no tiene eficacia material, sino más bien una eficacia discursiva, aunque advierte que “no existe si la gente no se entera de como son las leyes. La punición necesita existir pero no es la que va a corregir el problema”, y agrega que la violencia se corrige en la sociedad, porque es allí donde se cultiva, “en un caldo que son las prácticas que realizamos”, sosteniendo que “el aire que respiramos es violento, y en él las mujeres siempre somos víctimas de una sospecha moral: cada mujer, cada día, tiene que probar que es un sujeto moral”.
Por último señaló que debe trabajarse en el suelo "violentogénico" para construir la diferencia.