La primera frase surge luego de un enfrentamiento entre integrantes de las agrupaciones en conflicto del “Santo”, la Nº 1 y la Leal, a fines de julio de 2019, en las inmediaciones del estadio de la Liga cuando el equipo enfrentaba a Unión. El saldo había sido de 51 demorados.
Dicho contexto era de violencia entre las agrupaciones, con una rivalidad que se venía arrastrando desde la gestión de José Muratore. Pero que cambió, aparentemente, con el partido que jugó el “Santo” en el Fray Honorato Pistoia a principios de marzo por el Regional Amateur.
Juventud y su presidente “redimieron” a las agrupaciones tras dicho encuentro y el contexto pasó a ser pacífico en los papeles, ya que todavía no se “cruzaron”. La N° 1 fue recibida el lunes por los directivos del “Santo”, quienes les abrieron las puertas del club para recibir una donación económica y hasta les permitirían asociarse. Una paradoja.
TRAS LA DONACIÓN
La paradoja en Juventud al abrirle puertas a la barra
De aquel: “No voy a poner el pecho por delincuentes”, al actual: “Son personas que dicen querer a Juventud y los respeto”, declaraciones textuales del presidente del “Santo”, Gustavo Klix. Hay casi un año y dos contextos de diferencia, pero marcan la contradictoria posición en Lerma y San Luis respecto a las barras, que se abrieron paso al club.
NDS | 10 jun 2020