Una multitud riverplatense dio la vuelta en la Plaza 9 de Julio por la obtención de la cuarta Copa Libertadores de la historia del club, tras vencer 3 a 1 a Boca en el Santiago Bernabéu.
A 10 mil kilómetros de distancia, el equipo de Marcelo Gallardo se imponía sobre su rival de toda la vida.
Por eso ni bien sonó el pitazo final del uruguayo Andrés Cunha, los simpatizantes salteños de River salieron de los bares del centro en los que siguieron la Superfinal. Otros se trasladaron hasta el lugar para celebrar la nueva conquista internacional.
Niños, mujeres, hombres y hasta ancianos con mascotas se enfundaron en los colores rojo y blanco y con bombos y banderas cantaron por el campeonato, agradecieron a Gallardo y se acordaron del eterno rival.