Esta única conclusión del informe que dio a conocer el fiscal penal de Graves Atentados de Tartagal, Pablo Cabot, tras las denuncias que los padres del bebé habían hecho por presunta mala praxis durante el parto de la mujer que tenía 24 semanas de gestación.
“En dicho informe consta que el bebé de 24 semanas de gestación falleció a causa de la decapitación que sufrió en las maniobras que le practicaron a su madre durante el trabajo de parto. Luego de ser dada de alta, los investigadores se entrevistaron con la madre del bebé, quien describió en forma pormenorizada la situación en la que llegó al hospital y lo sucedido mientras era asistida.
De las diligencias solicitadas por Cabot aún resta la entrevista a personal del nosocomio, lo cual considera importante para la investigación. A la espera de este y otros resultados médicos, el fiscal determinará las responsabilidades de los profesionales de la salud que intervinieron”, indica el comunicado oficial de la página de Fiscales Penales Salta.
Natalia Velázquez, la mamá del bebé, salió a manifestarse el martes que pasó y aseguró que a su bebé lo habían matado, dado que se encontraba con vida al momento del parto.
Por este tema se señaló a dos trabajadores del Hospital que atendieron a la mujer tras haber sido trasladada desde Salvador Mazza por haber comenzado con los trabajos de parto.
Por su parte, el gerente del Hospital, José Fernández, indicó que según las explicaciones del personal se trata de un caso excepcional denominado retención de cabeza, que sucede cuando el útero de la mujer se contrae y termina cortando la cabeza del bebé. Para la familia esa versión nunca fue cierta y siempre se acusó de una mala praxis que terminó en la muerte del niño.
Ayer, el médico confirmó a Nuevo Diario que las dos personas señaladas por supuesta mala praxis continúan en sus funciones, pues no llegó a sus manos información oficial.