Además “se constató la emisión y cobranza de cheques de caja de los cuales no fueron registrados como ingreso de fondos en las cajas en el departamento contable”.
Otro informe contable de abril de 2019, sumado a las pruebas, tuvo observaciones sobre el mal manejo y administración, la falta de autorizaciones, y el manejo independiente de cada área (por ejemplo, para limpieza de baños de un día, facturaban $45.000, sin control alguno). También se citó el caso de una mujer que desempeñaba tareas de trabajadora doméstica en el domicilio particular de Patricia Argañaraz.
Como ya se informara, se imputó por el caso a Patricia Argañaraz y Ana María Cerezo, titular y tesorera de la ADP y al hermano de la primera, Raúl Argañaraz, que actuaba como apoderado.
Declaraciones testimoniales de especialistas contables aportaron sobre el fideicomiso que “el plan de negocio era inviable, estaba creado por Patricia Argañaraz con María Cerezo para construir casas para los docentes…ellas eran las fiduciarias, el hermano de Patricia, Raúl Argañaraz, era apoderado del fideicomiso y lo manejaba, aunque no tenía las aptitudes o conocimientos para el manejo de un negocio de tal magnitud”. Citaron como ejemplo que el contrato con la empresa constructora se actualizaba con el índice CAC, Cámara Argentina de la Construcción y la cuota del docente se actualizaba por el índice de variación del salario docente-paritarias, lo que producía un desfajase entre lo recaudado y lo gastado, lo que hacía menos viable al proyecto.
Y que cada vez requería más asistencia de la ADP, a lo que la tesorera le giraba fondos constantemente para cubrir el déficit del fideicomiso.
En principio fue un fideicomiso privado, sin vínculo con la ADP y el propio estudio Jurídico del gremio dijo que no era viable ni legal ni económicamente. Ante esta situación y “después de las peleas que tuvieron Argañaraz y Cerezo, la última renunció al fideicomiso; se disolvió la administración del fideicomiso, se relevó a Raúl Argañaraz del cargo y se paralizaron las obras y el cobro de las cuotas”.
Las única operación económica del fideicomiso era la construcción de 23 viviendas, que tenían 110 aportantes al proyecto y ya llevaba una demora de 2 años, pero no hubo ninguna terminada, ni alcanzaba la plata recaudada para pagar avances de obra.
Respecto al estado de situación patrimonial correspondiente al período finalizado el 30 de junio de 2018, se informó sobre un préstamo otorgado al fideicomiso V. Urkupiña por $3.900.000, que según los testimonios “era plata que derivaba la ADP al fideicomiso, con transferencias entre cuentas o retiros de efectivo de Raúl Argañaraz de la cuenta de ADP o directamente la ADP transfería a la constructora el dinero”.