Captar el 34% de quienes no acudieron a las urnas a cumplir con el deber cívico, es una de las claves para las legislativas del 14 de noviembre próximo.
La participación electoral en las PASO de legisladores nacionales fue del 66%: en todo el territorio nacional sufragaron algo más de 23 millones de las 34.330.557 habilitadas para emitir su voto.
De esta manera, en las primarias de este año votaron unas 2,5 millones de personas menos que en las del 2019, pero el nivel de ausentismo es todavía más significativo si se lo compara con otros años de elecciones: en 2017, la participación fue del 72%; en 2015 fue del 74%, en 2013 el 76% y en 2011, cuando fue reelecta la ex presidenta Cristina Kirchner, fue del 79%.
En ese contexto, refiere un informe de diario26.com: “Los estrategas de campaña de las dos coaliciones dominantes se concentran en buscar la manera de atraer a esa vasta población que no fue a votar, con objetivos claramente distintos: uno para revertir la derrota y el otro para mejorar su triunfo”.
En el Frente de Todos, creen que el ausentismo tuvo mucho que ver con su caída en las PASO mientras que en Juntos por el Cambio creen que, si penetran en ese segmento de la población, pueden mejorar los buenos números que lograron en las primarias.
Según señalaron fuentes que trabajan en la campaña de la principal coalición opositora, la evaluación por estos días es que "no importan los votos" que fueron a otras fuerzas como la de José Luis Espert en la Provincia y la de Javier Milei en la Ciudad, sino que "importan los de la gente que no fue a votar".
Los sectores de la oposición no se confían y saben que el Frente de Todos saldrá a jugar fuerte en el principal distrito que es la provincia de Buenos Aires, con el aparato del Estado, luego de la renovación del Gabinete que ya empezó a mostrar una nueva orientación en el discurso y en las acciones de campaña.
Recuperar apoyo de la clase media
El Gobierno mira a los sectores de clase media que en el mejor momento del kirchnerismo solían acompañar, pero que ahora mostraron desencanto o directamente rechazo a la oferta oficialista: medidas como la suba del piso para el Impuesto a las Ganancias hasta los 175 mil pesos de sueldo bruto y el anuncio de la eliminación de retenciones a la exportación de servicios van en ese sentido.