En la Comisión Especial que se conformó para evaluar en Salta el texto de una nueva ordenanza, la mujer habló sobre la lucha que decidió seguir ante la pérdida de dos de sus hijos de 34 y 42 años por cáncer. El año pasado su esposo falleció tras ser víctima de un ACV.
En el caso de Noralí, como la conocen en Güemes, su vivienda estaba debajo de una de las tres grandes estructuras que conformaban un triángulo en el microcentro güemense.
Esto llevó a los vecinos a solicitar el desmantelamiento de las antenas. El reclamo se hizo más fuerte cuando, tras un relevamiento, se pudo conocer que se contabilizaban unas 78 muertes por casos de cáncer de personas que habitaban en la zona de influencia de esas antenas.
Uno de los argumentos de las empresas es que se precisan más antenas para mejor conectividad. De hecho esa es la misma conclusión a la que llegan especialistas que acompañan a los vecinos.
La diferencia pasa por la densidad de potencia que en Argentina es de 1000 microvatios por centímetro cuadrado y, en Salta, es de 10 microvatios por centímetro cuadrado. Los especialistas de ambos lados sostienen que es preciso bajar la densidad de potencia lo más que se pueda, dado que existen algunos indicios que apuntan a la peligrosidad de una mayor densidad.
Esto implicaría poner más antenas con celdas más chicas y menor densidad y, por lo tanto, más inversión de las empresas.
Ayer también participaron vecinos de Campo Quijano que, como los de Güemes, fueron a la Justicia para lograr que se escuchen sus quejas.
Se unieron a los vecinos de Salta Capital, otros de J.V. González (en Anta), y ya hay consultas de otros vecinos de distintos puntos de la provincia.