Nuevo Diario entrevistó al abogado Luis Segovia, quien representa a dos personas abusadas por el ex cura Emilio Lamas, y a una de sus víctimas.
El Papa inició el encuentro señalando que debe arrojar medidas concretas contra los abusos sexuales en la Iglesia, con el desafío que surja un protocolo a poner en marcha ante el conocimiento de un hecho de este tenor.
"Tenemos que discutir juntos, de manera sincera y profunda, cómo afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad, ya que el pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no simple y descontadas condenas, sino medidas concretas y eficaces", sostuvo Francisco al inicio de la cumbre donde se exhibió un video mostrando las denuncias de víctimas, de distintas partes del mundo, lo que habla que el problema es mundial.
Sin embargo, en ese marco no existieron, al menos en la primera jornada, referencia a las organizaciones de víctimas que en las calles de Roma esperan por respuestas a los años de silencio y de secretos a voces dentro de una institución que a lo largo de los siglos enmarcó a hombres que los evangelios los colocó a la par del prójimo y que la organización los acercó a lo divino. Nada más alejado de la fe.
Hoy la realidad es que desde Latinoamérica sienten en la presencia de una víctima chilena de los abusos sexuales, Enneas Espíndola, que sacudieron a todo el estamento de esa Iglesia, una representación.
El Papa detalló que son 21 los puntos sobre los que se reflexionará en estas jornadas, surgieron desde las diferentes Comisiones y Conferencias Episcopales como contribución. Así se destacan entre algunos de ellos la necesidad de un vademécum a seguir, de informar a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.
Revisar periódicamente los protocolos y normas para salvaguardar un ambiente protegido para los menores en todas las estructuras pastorales; protocolos y normas basados en los principios de la justicia y la caridad, y que deben ser integrados para que la acción de la Iglesia, también en este campo, se ajuste a su misión.
Dictaminar que los sacerdotes y obispos culpables de abuso sexual de menores abandonen el ministerio público. Introducir reglas concernientes a los seminaristas y candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa.
Para esto, introducir programas de formación inicial y permanente para consolidar su madurez humana, espiritual y psicosexual, así como sus relaciones interpersonales y su compromiso.
La Iglesia debe cambiar su estructura
Por su parte el abogado Luis Segovia, que lleva adelante dos causas de abuso sexual en contra de Emilio Lamas, ex cura de Rosario de Lerma, señaló “aquí la Iglesia es la que debe cambiar su estructura, si esto no ocurre, nada se modificará”.
Hizo luego una referencia a los mitos sobre los que se sostiene que ocurren los abusos dentro de la Iglesia, tales como el mantenimiento del celibato, los perfiles de los hombres que hacen a la institución, “pero la realidad es que los factores que más influyen son los institucionales, no es natural dejar a los curas solos aislados, o carentes de pareja, eso debe cambiar”, dijo Segovia.
“No puede estar el derecho Canónico por encima de la Justicia, y esa superioridad se marca en la sociedad como una referencia, hace que el pensamiento que tienen los laicos de la iglesia, como perfecta que no tienen que rendir cuentas a nadie, y esto no es así. Es una institución más”, sostuvo Segovia.
Más adelante recordó lo ocurrido en el tema Lamas, cuando la Justicia rechazó un allanamiento que se había solicitado el fiscal que llevo adelante la investigación.
La jueza de Garantías 8, Claudia Puertas, llevó adelante el rechazo.
“En ese rechazo quedó demostrado el derecho que entienden tanto el arzobispo Mario Cargnello como el vicario Loyola Pinto. La iglesia no tiene una jurisdicción distinta, pero hasta los mismos jueces así lo creen. Esto en Estados Unidos ya quedó de lado, porque se debe ir primero a la Justicia y luego se aplica el derecho canónico”, recordó el letrado.
Más de lo mismo
Juan Carlos G. una de las víctimas que denunció al ex cura Emilio Lamas, al ser consultado por Nuevo Diario por la Cumbre antiabusos que se lleva adelante en el Vaticano, donde hay representantes eclesiásticos de 190 jurisdicciones, sostuvo que tiene pocas expectativas de lo que allí surja.
“Veo más de lo mismo tratan de mantenerse en la realidad, sobre algo que ya explotó, pero no veo que se vaya a buscar soluciones, para lo que ya ocurrió, o como evitar venideros, sólo quieren acomodarse ellos”, dijo.
En relación a los 21 puntos, entiende que el acusado se mantendrá oculto “es el mismo sistema que no da credibilidad de algo que vaya a cambiar pronto. Es un circo”, enfatizó quien fue abusado por Lamas cuando era sacerdote, rango que le fue retirado tras un juicio eclesiástico el año pasado.
Más adelante hizo referencia que para evitar abusos futuros el protocolo debería iniciarse desde dentro del propio seminario, al inicio de la carrera del aspirante, “la Iglesia cuando fuimos a poner nuestras denuncias, nos pusieron trabas, nos mandaron a callar, yo tuve que exponerme porque no había respuesta, ni solución a mi vida. Se agilizó cuando fue mediático el tema. Después Cargnello dijo que iba a dar una reparación, pero nada nunca más se reunió con nosotros”, reclamó.
“A mi me violó uno de sus hombres, pero cuando me violó era su funcionario, no cumple, el Arzobispo el rol de amor al prójimo, tratando de guardar ese secreto, por eso no veo soluciones, sino se hace un análisis y un cambio profundo”, dijo.
El Salta cobraron notoriedad los casos de abusos por parte de hombres de la Igleisa, entre ellos los más emblemáticos además del caso Lamas, los del cura Agustín Rosa Torino, del exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, entre otros.
