Lejos de estar a tono con la actual crisis sanitaria, los familiares salieron a apoyar el reclamo de los reclusos, los que ya se cobraron la vida de tres internos que murieron incendiados en una celda al encender un colchón para exigir ser beneficiados con una salida anticipada, el domingo anterior.
La suspensión de visitas de los familiares, los días jueves y domingos, se trata de una medida dispuestas dentro del marco de la pandemia, no obstante, las autoridades del penal ofrecieron acceder a visitas de tiempo más reducido bajo un protocolo sanitario para evitar contagios, sin embargo, esto fue rechazado abiertamente por los presos, lo que dejó en evidencia que lo que buscan va más allá de las visitas.
No obstante, y con esa excusa, el viernes a la noche dos internos del Pabellón B, lograron llegar al techo a fin de seguir con los reclamos, pero los guardias disuadieron la revuelta que, esta vez, no dejó ningún saldo fatal como el ocurrido el domingo pasado. Los gritos de los presos desde el techo del pabellón B, seguido por la concentración de los familiares en las puertas del penal ya en la madrugada de ayer, captó la atención de los vecinos que rápidamente alertaron a la policía.
Ayer la fiscal penal 4, María Eugenia Guzmán, con jurisdicción en la zona del penal, solicitó a la comisaría Novena y al propio Servicio Penitenciario informes respectivos sobre el incidente protagonizado por los reclusos y el accionar desplegado por los guardias. A todo esto, y tras el frustrado motín de un sector de los reclusos, por cierto reducido y cada vez con menos apoyo, un grupo de internos se plegó a una huelga de hambre a la vez que familiares salieron a escena en las redes sociales con el mismo reclamo: que vuelvan las visitas de jueves y domingos. “Nosotros sabemos lo que pasa con la pandemia, sabemos cómo está la situación por el coronavirus, pero como se entiende que no nos dejen entrar a nosotros y la gente que trabaja ahí entre y salga. ¿Cómo los familiares no van a entrar? Quienes van a llevar el virus van a ser ellos, los guardias”, acusó una mujer que tiene a su pareja y a un hijo preso. En su reclamo, no pudo asegurar que haya presos infectados, sino algunos con síntomas de resfrío. “Las comidas que ellos tienen son comidas chatarras, no es una dieta saludable como para que los internos puedan estar bien y sanos”, señaló.
Con estos vagos argumentos, que contrastan aún más en el marco de la pandemia actual, la vocera exigió la “salida anticipada” para determinados internos, lo que confirma que, en realidad, se pretende obtener un beneficio no contemplado legalmente. Cabe mencionar, que las restricciones adoptadas en el penal local son las mismas que se impusieron en otras penitenciarias, sin que se hayan registrados reclamos.