La causa tiene como imputados a los agentes William Emanuel Arce, Cristian Ríos, Cristian Salva y Diego Almeda, acusados del delito de vejaciones agravadas por el uso de violencia.
El caso se inició a partir de la denuncia radicada en la Comisaría 1 por la víctima, un joven cuya identidad se mantiene en reserva.
El muchacho expresó que en la noche del 2 de agosto de 2018, estaba afuera del Hospital Papa Francisco, cerca de un camión donde realizaban la entrega rápida de DNI, pues debía hacer un trámite de DNI.
Dijo que, de pronto, se le acercó un policía que cuidaba del vehículo.
En vista de ello, es que el joven decidió preguntarle sobre el horario de atención, a lo que el uniformado le contestó "qué puta te importa".
Ante esta actitud, el denunciante reconoció que reaccionó, pero solo le dijo: "Qué te pasa a vos, gil", tras lo cual, ingresó al vehículo en el que había llegado, junto a un amigo y su hermano. Seguidamente, apareció un móvil policial, del cual descendieron cuatro uniformados, y a los pocos minutos llegó otro móvil, al que se sumó el primer policía.
En ese momento, abrieron la puerta del vehículo y sacaron al denunciante por la fuerza, a quien tiraron al piso, esposaron y patearon.
Posteriormente, lo subieron en la caja de uno de los móviles, donde uno de los uniformados le pisó la cabeza y otro, la rodilla.
El denunciante también expresó que le tiraron gas pimienta y que su hermano y su amigo fueron subidos a otro móvil. Además, relató que primero fue llevado a la Comisaría de barrio Solidaridad, donde pararon unos minutos y que luego fue trasladado a la dependencia de Democracia, donde le volvieron a pegar.
Más tarde, fue llevado al Centro de Contraventores, donde lo examinó un médico que lo derivó al Hospital San Bernardo y luego fue ingresado en la Alcaidía General de la Provincia.
En sus fundamentos, la fiscal penal destacó que el deber del personal policial es mantener el orden público y el resguardo físico y psíquico de las personas, por lo que se evidenció una actitud totalmente contraria y también la autoría responsable del hecho endilgado, ya que con su accionar, los acusados provocaron lesiones al damnificado, a quien oprimieron con medidas arbitrarias.
Tales conductas se agravan por la calidad especial que revisten los sujetos activos, quienes al ser funcionarios policiales, debían resguardar dicha integridad.
Por otra parte, la fiscal requirió el sobreseimiento del agente Paulo Tiziano Zenteno, luego de que no surgiera su participación en los hechos investigados.