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De esta manera, el total de secuestro en un solo día ascendió a 247 kilogramos, la mayor cifra en seis meses de cuarentena.
A diferencia del caso que derivó en la detención del agente de policía, Jesús Oscar Díaz y de su cómplice Juan Daniel Ortiz, en la ruta 86, el secuestro de 130 kilos de cocaína se produjo en el acceso a la localidad de General Ballivián, en horas de la tarde del miércoles.
Según lo informado, un llamado anónimo alertó a personal del Escuadrón 52 de Tartagal sobre el hallazgo de tres mochilas repletas de paquetes con droga, las que se hallaban ocultas en un basural ubicado a 800 metros del acceso de Ballivián.
A partir de la información recibida, personal de Gendarmería Nacional se contactó con la subunidad de Senda Hachada, la que rápidamente comisionó una patrulla de uniformados al lugar indicado por el informante anónimo.
El predio se trata de un basural, en el que luego de seguir las indicaciones del caso dieron con tres mochilas, en cuyo interior habían 116 “ladrillos” de cocaína, la que al ser pesada hizo un total de 130 kilos, valuada en poco más de 100 millones de pesos.
La droga, según lo informado, estaba oculta en medio de unos pastizales en el basural, sin que en el lugar se haya encontrado otras pistas que permitan conocer más detalles de cómo llegó la droga a dicho lugar y mucho menos, si la persona que llamó por teléfonos se encuentra vinculada al hecho.
De los 116 paquetes hallados, 94 de ellos respondieron de manera positiva al test que identifica la droga con cocaína, mientras que el resto de los paquetes no presentaron indicios de que se tratara de dicha droga, aunque se espera por el resultado de pericias realizadas en el laboratorio a fin de poder identificar la sustancia en cuestión.
Las actuaciones penales del caso fueron dispuestas por el auxiliar fiscal, Rafael Lamas, de la Fiscalía Descentralizada de Tartagal, quien dispuso el traslado de la droga a la unidad de Senda Hachada, donde se completaron las medidas procesales correspondientes.
Personal de investigación de Gendarmería, en tanto, trabaja en el caso a fin de determinar cómo llegó la droga al lugar y la relación de la misma con el llamado anónimo realizado a esa fuerza, a través del cual delataron la existencia de la droga.
Al respecto, se llevan adelante pesquisas entre los vecinos a fin de poder establecer la presencia en el lugar de algún vehículo. El secuestro de la droga, sorprendió a los gendarmes, pues no todos los días reciben llamados en el que se delata la existencia de droga y mucho menos en la cantidad secuestrada, por lo que no descartan que entre los responsables de este cargamento hayan disputas internas.
