La enfermedad se clasifica como autoinmune. Esto significa que, por un error, parte del sistema inmunológico en vez de atacar a un agente extraño, ataca a partes moleculares de proteínas del sistema nervioso central.
Los síntomas son variados, aunque hay algunos que son característicos de la enfermedad, como la afectación de los miembros inferiores, lo que hace que un alto porcentaje de pacientes experimente trastornos de la marcha.
También pueden verse afectado el sistema sensitivo, el control de esfínteres y el nervio óptico. Puede haber dificultad para hablar, visión borrosa, pérdida de sensibilidad ante dolores, sensación de hormigueo, problemas de memoria y fatiga.
La esclerosis múltiple afecta entre dos y tres veces más a las mujeres que a los hombres. En las últimas décadas, los estudios epidemiológicos reportan que esta diferencia de género ha aumentado considerablemente. La investigación relacionada con las disimilitudes entre ambos sexos y la prevalencia de la EM se centran en analizar las diferencias entre los sistemas inmunes, la influencia de ciertas hormonas, las desemejanzas genéticas y las exposiciones ambientales entre los dos sexos.