Un aspecto importante es reconocer a las personas con uso problemático de drogas como sujetos de derechos y garantías. Además, es fundamental que la sociedad aborde la problemática de los consumos nocivos desde la presencia, el acompañamiento y la empatía, promoviendo el libre acceso a los servicios de salud.
En ocasiones, suele asociarse la problemática de las drogas con el tráfico ilícito y la distribución de sustancias ilegales, pero es fundamental recuperar la mirada sobre las personas usuarias. Es importante preguntarse qué les pasa, qué necesitan, cuál es su sufrimiento; ejercitar la escucha, la empatía, no juzgar a los consumidores.
Por ello, desde la Secretaría de Salud Mental y Adicciones se busca promover el ingreso a intervenciones de políticas de acceso y de otros servicios, y eliminar la criminalización de los usuarios de sustancias psicoactivas.
Se trata de acompañar, en lugar de castigar a los usuarios o a las personas que han cometido delitos no violentos relacionados con estas sustancias, ya que el consumo problemático es una cuestión de salud integral.
El consumo problemático debe ser entendido como un problema de salud, para favorecer y promover que quienes lo sufren puedan pedir ayuda y recibir un tratamiento adecuado, desde una perspectiva de derechos y garantías. De allí la importancia de afianzar los vínculos afectivos; escuchar y acompañar a los más jóvenes; evitar la discriminación y estigmatización de las personas que consumen y fomentar hábitos de vida saludables.
