La construcción de un selecto country, afectará 125 hectáreas de Selva de Yungas, en una cuenca hídrica vital para la zona. La finca está clasificada en la Categoría II - Amarillo, de la Ley Nacional de Bosques, por lo que su desmonte no está permitido, señala el comunicado.
“Este desarrollo urbanístico implica el desmonte de un ecosistema frágil y único como la Selva de Yungas, que concentra la mitad de la biodiversidad de Argentina. Además viola la Ley Nacional de Bosques, que en su artículo 4 define como desmonte al desarrollo de áreas urbanizadas sobre bosques nativos, y por ende no pueden autorizarse en esa zona protegida. Al autorizar este proyecto, el Gobierno de Salta es cómplice de la violación de la normativa para cometer un verdadero crimen ambiental”, advirtió Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El desarrollo del country Los Maitines fue fuertemente cuestionado el año pasado por vecinos, organizaciones sociales y por Greenpeace, que envió una carta al Gobernador de la provincia reclamando por este desmonte y solicitando que declare la Emergencia Forestal.
Este año, sin embargo, la resolución 117/2021 desde la Secretaría de Ambiente de Salta aprobó el Plan de Manejo de Bosque Nativo de Interfase; mientras que la resolución 01/2021 de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad de San Lorenzo le otorgó el certificado de aptitud ambiental.
La Selva de Yungas cumple un papel ecológico muy importante por su alta diversidad biológica y la provisión de agua en época seca.
“La actual crisis sanitaria, climática y de biodiversidad nos obliga a actuar en consecuencia. Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades. Destruir bosques es un crimen que debe prohibirse y penalizarse”, advirtió Noemí Cruz.
Proteger especies
La zona del proyecto urbanístico en San Lorenzo, a pocos kilómetros de la capital salteña, es rica por su variedad faunística así como de especies forestales. Por sus aguas, a través de arroyos, riachos y vertientes generadas por las lluvias, es una de las zonas de mayor precipitación al año en Salta.
“En concreto forma parte del pulmón de la capital salteña y no se puede destruir el área solo por intereses económicos”, consigna el informe de Greenpeace.
Ese sector de las yungas es hábitat de la corzuela, el zorro gris y el gato montés, de numerosas aves como el carpintero lomo blanco, la bandurria baya, el loro alisero, el zorzal colorado, el picaflor cometa y el tucán; y de árboles como el tala blanca, el ceibo, el nogal, el horco molle y chal chal, entre otros.