“El discurso no es simplemente aquello que traduce
las luchas o los sistemas de dominación, sino
aquello por lo que, y por medio de lo cual se
lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse.”
Michel Foucault, 1970
Para Cristina Fernández, compañera, lamngen (hermana en mapuche)
El domingo 20 de octubre en una entrevista exclusiva brindada a Franco Mercuriali para “TN de Noche”, el presidente argentino Javier Milei dijo sobre la dos veces Presidenta de los argentinos, Vicepresidenta y actual candidata a Presidenta del PJ Nacional, Cristina Fernández de Kirchner:
“Ahora… también hay una parte de morbo y es que me encantaría meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro”.
Le llevó 8 segundos expresar un grado de violencia inusitado, aún para la opinión pública ya acostumbrada a escuchar constantemente sus exabruptos previo a ser Presidente y más aún desde que asumió dicho cargo el fatídico 10 de diciembre de 2023, en que el neoliberalismo a ultranza tomó el timón del barco argentino.
Cual pesadilla, y de las peores pesadillas, el marco de la entrevista que dio según el propio TN en “un mano a mano con Franco Mercuriali” hablaron también del vínculo que el presidente mantiene con el PRO, y las elecciones de 2025. (https://tn.com.ar/politica/2024/10/20/javier-milei-me-encantaria-meterle-el-ultimo-clavo-al-cajon-del-kirchnerismo-con-cristina-adentro/)
Las declaraciones sobre el cajón se remitieron en función de opinar acerca de la candidatura de Cristina Kirchner para presidir el PJ. Javier Milei no escatimó en reconocer lo que iba a decir como morboso: hasta habló de corrido y graficando lamentablemente una defunción no solo sobre una persona -Cristina Fernández-sino también la de un movimiento -el kirchnerismo-.
La cobertura de algunos medios cambió el verbo “meterle” (TN fue fiel a lo dicho por Milei) por “ponerle” (Ámbito y Perfil), de cualquier forma, valga la redundancia, no hay forma de edulcorar la gravedad de lo expuesto, la naturalidad del desprecio, y la contundencia de la violencia política manifestada por Javier Milei.
Si tomamos la Ley 26.485, elaborada y aprobada durante la gestión cristinista (11 de marzo de 2009), precisamente para definir el tipo de violencia de la cual Milei pretende hacerla víctima, se trata de:
Violencia simbólica (Art. 5): “La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.”
Pero también es:
Violencia mediática (Art. 6): “Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.”
Años atrás, hacia 2019, escribí y publiqué acerca de los guiones patriarcales, es decir los discursos en general de hombres en roles hegemónicos de poder, en aquel momento, me referí a lo expresado por políticos salteños para descalificar las luchas feministas que habíamos desplegado hacia 2017 (https://www.cuarto.com.ar/varones-hegemonicos-en-salta-a-dos-anos-del-tetazo-que-postulo-la-soberania-de-los-cuerpos/)
Esta ola de discursos agraviantes hacia las mujeres, fueron esgrimidos por Juan Carlos Garrido, Pablo Alavila, Andrés Suriani, Guillermo Durand Cornejo y José Armando Caro Figueroa. Cité en aquella ocasión, a una feminista, Femenías:
“…nunca se insistirá suficientemente sobre la necesidad de hablar de formas de violencia menos visibles contra las mujeres. Y no por ello menos eficaces, tales como la desigualdad en la distribución del dinero y del poder, la organización del ámbito familiar, ciertas prácticas sanitarias, la desconfirmación constante de sus capacidades, etc. Es decir, hay violentamientos económicos, políticos, laborales, legales, simbólicos o subjetivos que conducen a lo mismo: sostener la “natural” inferioridad femenina. Porque, si las mujeres son inferiores, es “natural” que ocupen puestos de subordinación y/o de exclusión”. (Femenías, 2013, p. 29)
Dije también al respecto de las expresiones machistas de aquellos políticos salteños como digo ahora de los dichos de Milei sobre Cristina: “son discursos que traducen una lucha: la lucha por discutir de quiénes son los cuerpos de las mujeres, y qué lugar ocupan las mujeres en las polis contemporáneas.” Cristina no les pertenece a ellos, Cristina es autónoma, ya historia entre los mortales, es una consagrada en nuestra polis argenta, y es tan evidente esa supremacía, que Milei tiene que descalificarla públicamente demostrando la frustración que siente tanto él como su círculo por no poder subordinarla:
“El guión del mensaje es claro. Por acción o por omisión escriben con sangre un mensaje público cifrado a la sociedad: “No perderemos nuestro estatus igualitario en tanto que varones mientras tengamos mujeres a quien someter”. La gama es amplia: va desde el insulto o la desconfirmación de una mujer (o de las mujeres en general) hasta la crueldad más extrema: “Volveremos a ser quien mande, aunque para ello debamos incrementar la crueldad apropiándonos del cuerpo de las mujeres e inscribiendo en ellos nuestro mensaje de poder y dominio” parecen afirmar implícitamente algunos varones.” (Femenías, 2013, p.62)
El último clavo, se lo está poniendo Javier Milei a la Universidad Pública Argentina, a los jubilados y pensionados, a los discapacitados, a las infancias, a los jóvenes, a los trabajadores, a los artistas, a la clase media, a los pobres, a los indigentes, a los pueblos originarios, a los ambientalistas, a la docencia, al personal de salud, a los enfermos de salud mental, a las mujeres y disidencias, al periodismo independiente, a la libertad de prensa, y a la Constitución Nacional… (aquí puede agregar el grupo humano al que Ud. pertenece y está siendo afectado por la elite que conforman los de La Libertad Avanza, los del PRO y el radicalismo cómplice).
No se confundan, que, aunque Milei esté expresando un odio visceral a una mujer política -Cristina-que es el último bastión entre su apetencia desmesurada de poder y nuestros derechos, esa última herida es el límite entre una democracia y el totalitarismo.
La pesadilla es realidad.
Y cada uno de nosotros deberá defender la democracia o ceder la pisca de dignidad que le queda.
Después de todo como indicó Zamora, el gobernador santiagueño, días atrás refiriéndose al ajuste de Milei a las provincias: “Buen día a todos los comprovincianos (y a los hermanos de otras provincias) que se quedaron sin trabajo en las obras públicas paralizadas y otras actividades que se van perdiendo, sin remedios, sin fondos educativos, sin ahorros o sin crédito; que pagan el transporte, la luz y el combustible más caro; jubilados, jóvenes, y niños que no tienen el apellido Galperin, Roca o Eurnekian… en definitiva, a todos los que habitan el interior argentino y no tienen domicilio fiscal en otros países, ni son ingleses, y que solo son simples habitantes de las provincias ajustadas”… (https://www.lanacion.com.ar/politica/gerardo-zamora-cruzo-a-milei-por-el-ajuste-a-las-provincias-con-un-mensaje-ironico-y-una-mencion-a-nid17102024/)
No creo que tengas esos apellidos, y aun cuando todavía tengas tu laburo, aun cuando seas propietario, aun cuando todavía puedas mantener tu prepaga, bien sabemos que el deterioro del vecino culmina siendo también el tuyo, sea que creas o no en un dios, agnóstico o ateo, lo que este hombre hace contra nuestro pueblo es lo más cercano a la dictadura por más consentimiento que haya tenido en las urnas. Desde la normativa legal, se constituyó el gobierno más atroz en Alemania durante el siglo XX, encabezado por un sujeto con sueños imperialistas, llamado Adolf Hitler.
Las mujeres que se indignan ante una arbitrariedad impuesta por el sistema, y en consecuencia hablan, preguntan, interpelan, se plantan, y militan la libertad y la igualdad, generan respuestas por parte del patriarcado prácticamente inmediatas traducidas a golpizas verbales y/o físicas, más si esto trasciende a la opinión pública donde sus acciones conllevan el debate y la reflexión, se las castiga incluso judicialmente con causas asociadas a desobediencia civil, amenazas, y similares, todas indicando que están subvirtiendo un orden, el orden. La pregunta es ¿qué orden? El patriarcal, claramente.
La gravedad de las acciones de este tipo de hombres “decentes”, es su efecto docente: enseñan al conjunto de los hombres, que esto es lo deseable y bueno para su género, porque su pretensión es “pedagógica”, transmiten su opinión, su forma de pararse en el mundo como lo “correcto” para cualquier “hijo de vecino”, su pretensión deleznable es socializarnos en la barbarie patriarcal. Mientras tanto, por estas horas, se sirve la mesa en la que compartirán la cena el Presidente Milei y un puñado de gobernadores simpatizantes de su reinado: “de Salta, Gustavo Sáenz; de Catamarca, Raúl Jalil; de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y de Misiones, Hugo Passalacqua, todos han sido cercanos a distintos sectores peronistas y hoy se alinean con el gobierno de Milei.” (https://www.newsweek.com.ar/politica/milei-con-gobernadores-cena-de-agradecimiento-y-mesa-de-negociacion/)
Estamos a contrareloj para detener esta barbarie, y parte de recordar nuestra casi perdida humanidad es repudiar tajantemente la intención manifiesta por Milei contra Cristina Fernández de Kirchner.
Por eso me expreso contra su deseo de aniquilación no solo de la líder argentina más importante del siglo XXI sino también de la representante latinoamericana del Estado de Bienestar, la dirigente que más hizo por las mujeres argentinas después de Evita, que defendió al colectivo LGBTyQ+, la estadista argentina más representativa en el mundo, la política que fue orgullo internacional para nosotros por la defensa de los DDHH y de los derechos de las infancias, la mujer peronista más atacada por el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo actual, Jefa natural de la oposición y que sigue de pie, así de humana, así de fuerte, así de real y nuestra.
Y aunque ella no se autodefina feminista, como cuando una mujer te cuida, educa, y protege, aunque no te haya parido, se transforma en tu madre, así hoy una feminista salteña que no forma parte del PJ, la reconoce como compañera, y eso basta, para entender que compartimos los mismos sueños y esperanzas y por eso puedo esgrimir mis fundamentos en su defensa. Porque, aunque ella bien sabe desenfundar las palabras que hagan falta, nunca estará de más dar razones, cuando de cerrar filas se trata.
Esmeralda Soledad Siuffi
Politóloga, feminista, escritora, compañera, lamngen…