País

En Río Cuarto se hizo fuerte el PJ cordobés

El candidato del oficialismo cordobés y riocuartense Guillermo De Rivas se impuso anoche, dando un fuerte espaldarazo al gobierno de Martín Llaryora (del peronismo no kirchnerista).

A partir de una importante diferencia de votos sobre sus dos más cercanos contendientes: Adriana Nazario, compañera de vida de De la Sota y aglutinadora del peronismo disidente de Schiaretti y el radical Gonzalo Parodi, que encabezó un frente que mostraba por primera vez al partido centenario separado formalmente del PRO, dictando quizás la defunción de JxC.

En un escenario de fin de feriado largo y con una participación ciudadana del 55%, la era Milei encontró en la segunda ciudad cordobesa (por distribución demográfica) las primeras elecciones donde había en juego más que la jefatura comunal.

Con más del 60% de los escrutinios, De Rivas ganaba por 13 puntos, una muestra clara del fortalecimiento del proyecto local, pero en una lectura macro, de la imagen de Martin Llaryllora y al “cordobesismo” (siguiendo la línea schiarettista no kirchnerista).

En un contexto provincial donde el gobernador necesitaba marcar su predominio en propio territorio como para poder proyectarse en el escenario nacional, finalmente Llaryora lo logró y también asestó una estocada al radicalismo del diputado De Loredo, que por estas horas se diluye en un municipio del que supo ser bastión.

En tanto, el oficialismo nacional estuvo sin representación oficial aunque parte de su interna apoyaba a Nazario y al Partido Libertario que finalmente se alzó con una banca al concejo riocuartense.

En una ciudad de 150 mil habitantes, donde Milei obtuvo un 73% de los votos en las nacionales, al menos en esta oportunidad, las ideas de la libertad no fueron una opción a considerar por el sur cordobés, como sí la continuidad de un “estado presente”.

Así, las elecciones en río Cuarto dejaron cuestiones para el análisis: la Boleta Unica que se impone como opción fundamental para los próximos comicios. Y en segunda instancia, no menor en importancia, el Gobernador cordobés anoche dio el puntapié inicial en su intento de configuración como un líder con proyección nacional cercano al oficialismo nacional.

No es casual que su jefe político, Schiaretti, haya sido, quizás, quien más dirigentes aportara al gabinete de Milei. Como tampoco es casual el pronto y expreso acompañamiento del mandatario provincial al Pacto del 9 de Julio, tras el malhabido del 25 de mayo.

No obstante, y en esta ocasión, la división del peronismo fue, contrario a la lógica pre electoral, un potenciador para el triunfo de De Rivas al tiempo que el detonante del principio del fin del radicalismo cordobés.

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