La autoría Ucraniana en el sabotaje del Nord Stream 1 y 2 revela nuevos detalles
La autoría Ucraniana niega las acusaciones mientras surgen nuevas revelaciones sobre el supuesto involucramiento de Kiev en la destrucción del gasoducto ruso.
El Wall Street Journal (WSJ) ha dado un paso más en la controversia sobre la autoría del ataque al gasoducto ruso Nord Stream 1 y 2 en septiembre de 2022, señalando directamente a las autoridades ucranianas como responsables del sabotaje. Estas revelaciones se producen en un contexto de investigaciones judiciales en Alemania que también apuntan hacia Ucrania, aunque con cautela.
El WSJ afirma que la operación fue planificada y autorizada en Kiev, incluso con el conocimiento del presidente Volodimir Zelensky.
Según el periódico, en mayo de 2022, altos mandos militares ucranianos y empresarios discutieron la posibilidad de destruir los gasoductos que transportaban gas ruso a Europa, como una forma de debilitar la economía rusa y su capacidad de financiar la guerra contra Ucrania.
La presidencia ucraniana, sin embargo, ha rechazado categóricamente estas afirmaciones, calificándolas de “absoluto sin sentido”. “Ucrania jamás ha llevado a cabo una operación de este tipo. Yo no haría nunca semejante cosa”, declaró Zelensky el año pasado en respuesta a acusaciones similares.
La explosión y el inicio del plan
El sabotaje ocurrió el 26 de septiembre de 2022, cuando se registraron explosiones submarinas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, lo que provocó enormes escapes de gas en el Mar Báltico. Ninguno de los ductos estaba en operación en ese momento, pero los daños fueron significativos, cortando una importante vía de suministro de gas desde Rusia a Europa.
Según el WSJ, la idea de destruir el Nord Stream surgió tres meses después de la invasión rusa a Ucrania. Seis personas, supuestamente financiadas con dinero privado, habrían llevado a cabo la operación a un costo estimado de 300.000 dólares.
Cambio de opinión y desobediencia militar
Inicialmente, el presidente Zelensky había aprobado el plan, pero, al conocer las preocupaciones de la CIA, ordenó abandonarlo.
Sin embargo, el comandante en jefe del ejército ucraniano en ese momento, Valery Zaluzhny, decidió seguir adelante con la operación, modificando el plan original para evitar el riesgo de comunicación con el equipo en campo.
Después del sabotaje, Zelensky exigió explicaciones a Zaluzhny, quien respondió que ya no era posible detener la operación. “Es como un torpedo, una vez lanzado no se puede recuperar. Continúa hasta hacer ‘bum'”, citó un alto mando al WSJ.
Respuestas de los implicados
Zaluzhny, que posteriormente fue nombrado embajador de Ucrania en Londres, negó cualquier conocimiento de la operación en declaraciones al WSJ, calificando las acusaciones de “provocación”. Un alto responsable de los servicios de inteligencia ucranianos también negó que Zelensky haya dado la aprobación para tal plan.
La justicia alemana sigue investigando el caso y ha emitido una orden de arresto contra un buzo ucraniano sospechoso de estar involucrado en el sabotaje. Sin embargo, los medios alemanes, aunque reconocen la posibilidad de la implicación de altos mandos militares ucranianos, son más prudentes en cuanto a la participación directa de Zelensky.
Este caso, aún en desarrollo, promete seguir siendo un punto de tensión en las relaciones internacionales, mientras la verdad sobre lo ocurrido en el Mar Báltico continúa siendo objeto de debate y controversia.