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El TSJ respaldó el fraude electoral y confirma la manipulación Chavista

El Tribunal Supremo de Justicia valida los resultados del Consejo Nacional Electoral sin la publicación de actas, mientras líderes regionales condenan el fallo.

El pasado jueves, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela emitió una sentencia que convalida lo que muchos consideran el mayor fraude electoral en la historia del país.

En un fallo descrito como “definitivo, irrestricto e inequívoco”, el TSJ respaldó los boletines emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) basándose en actas de escrutinio que no lo publicaron oficialmente.

La presidenta del TSJ, Caryslia Rodríguez, defendió la decisión argumentando que “los boletines emitidos por el CNE están respaldados por las actas de escrutinio emitidas por cada máquina”.

Reacción del oficialismo y las fuerzas armadas

El régimen chavista, liderado por Nicolás Maduro, ha utilizado esta sentencia para justificar su victoria en las elecciones del 28 de julio, que ha sido ampliamente cuestionada tanto a nivel nacional como internacional.

El general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, respaldó el fallo afirmando que “Venezuela tiene sus instituciones democráticas y están cumpliendo”.

Sin embargo, la falta de transparencia en la publicación de las actas ha generado un limbo sobre los resultados, dejando en suspenso cualquier verificación internacional.

Condena de líderes regionales

La reacción en la región no se hizo esperar. El presidente chileno, Gabriel Boric, criticó duramente la sentencia, declarando que “el TSJ termina de consolidar el fraude. No hay duda de que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones”.

En la misma línea, el líder uruguayo Luis Lacalle Pou instó a no cesar en la defensa de la causa venezolana, mientras que el expresidente colombiano Juan Manuel Santos calificó la situación como “una patraña” y rechazó cualquier intento de legitimación del proceso.

Impacto en la oposición y la comunidad internacional

La oposición venezolana, encabezada por líderes como María Corina Machado, ha denunciado este fallo como un autogolpe electoral. “Los sicarios judiciales de Maduro acaban de hacer de las suyas”, expresó Juan Pablo Guanipa, destacando la falta de imparcialidad del TSJ y la persecución contra quienes no legitiman el proceso.

A pesar de las múltiples denuncias y la evidencia presentada por entidades como el Centro Carter, el TSJ ha decidido ignorar las exigencias de transparencia, consolidando así un régimen cada vez más aislado internacionalmente.

La sentencia del TSJ representa un duro golpe para la esperanza de una transición democrática en Venezuela. La falta de publicación de las actas y la ausencia de verificación internacional refuerzan la percepción de que el proceso electoral fue manipulado desde sus cimientos.

Con el respaldo del generalato y la maquinaria del Estado, Nicolás Maduro se prepara para jurar su tercer mandato en enero, mientras la comunidad internacional observa con preocupación el futuro de la democracia en Venezuela.

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