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Michel Barnier: El desafío de evitar una Censura

Michel Barnier fue nombrado nuevo primer ministro de Francia por el presidente Emmanuel Macron y el veterano político deberá enfrentar un parlamento dividido y consolidar apoyos.

Este jueves, Michel Barnier, conocido por su postura europeísta y su trayectoria en la derecha, fue nombrado nuevo primer ministro de Francia por el presidente Emmanuel Macron. Su misión principal será formar un gobierno lo suficientemente fuerte para evitar una moción de censura en un parlamento fragmentado.

En una declaración desde el Palacio del Elíseo, Macron anunció que Barnier fue elegido tras semanas de negociaciones, subrayando la necesidad de un “gobierno de unidad”. La presidencia francesa declaró que el objetivo es asegurar que el nuevo gobierno sea “lo más estable posible”.

Barnier, de 73 años, no es un desconocido en la política francesa. Fue negociador principal del Brexit por parte de la Unión Europea y ha ocupado cargos tanto en gobiernos franceses como en la Comisión Europea. A pesar de su amplia experiencia, su llegada al cargo enfrenta grandes retos.

“Es un hombre de Estado. Un hombre de consenso y de negociación”, comentó Vincent Jeanbrun, diputado del partido derechista Los Republicanos (LR).

La principal dificultad que enfrenta Barnier es el frágil equilibrio de fuerzas en el parlamento. Tras las elecciones legislativas adelantadas, la Asamblea Nacional quedó dividida en tres grandes bloques, ninguno con mayoría absoluta. La coalición de izquierda, el Nuevo Frente Popular (NFP), cuenta con 193 diputados, mientras que el partido de extrema derecha, la Reunión Nacional (RN), y sus aliados tienen 142.

Conectores y desafíos

Barnier necesitará apoyo no solo de su partido, LR, sino también de la coalición centroderechista de Macron. Sin embargo, eso podría no ser suficiente si RN y NFP unen fuerzas en una moción de censura. La combinación de sus votos sumaría 335, superando el umbral de los 289 necesarios para derribar al gobierno.

El NFP, liderado por Lucie Castets, podría ser uno de sus principales detractores. Macron rechazó previamente su nominación a primera ministra, alegando que su elección no garantizaría la estabilidad. Por su parte, el RN ha dejado claro que observará de cerca el discurso de Barnier antes de tomar una decisión sobre la censura.

En este contexto de alianzas frágiles y presiones electorales, la tarea de Barnier será compleja. La estabilidad política es el objetivo primordial, pero la oposición de izquierda y derecha pondrá a prueba su habilidad para negociar y gobernar.

Como primer ministro, Barnier deberá proponer un presupuesto para el 2025 antes del 1 de octubre, en medio de un contexto económico delicado. Los recortes por 16.000 millones de euros recomendados por el ministro de Economía en funciones, Bruno Le Maire, y la continuidad de la reforma de pensiones podrían ser los primeros obstáculos en su mandato.

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