La Aduana descubrió más de 2 mil productos de telefonía
El hallazgo se dio en la inspección de un vehículo proveniente de Brasil; era conducido por una pareja argentina. Al automóvil le habían instalado un sofisticado sistema de dobles fondos con cierres electromecánicos para ocultar la mercadería en su interior. El valor de las mercancías de contrabando, todas de procedencia extranjera, asciende a $5 millones.
Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas descubrieron, ocultos en un vehículo, productos de telefonía celular valuados en $5.000.000 en el Paso Fronterizo Internacional Iguazú – Foz de Iguazú.
Lo curioso es que el automóvil, un Honda HRV con matrícula argentina, estaba especialmente acondicionado para el contrabando. En efecto, contaba con tres dobles fondos —uno en el baúl y dos en los guardabarros traseros— y tenía instaladas cerraduras comandadas por un dispositivo electromecánico, accionado por un control remoto. De más está decir que el sistema en cuestión no vino instalado por el fabricante. El mismo permitía sacar las tapas o los faroles para acceder a compartimentos interiores en los cuales estaba escondida la mercadería.
El automóvil, conducido por una pareja de argentinos, se había presentado en el área de control vehicular con intenciones de ingresar a nuestro país desde Brasil. No obstante, cuando los agentes aduaneros les preguntaron si tenían mercadería para declarar notaron nerviosismo y actitudes evasivas en los ciudadanos, por lo cual decidieron realizar un control más exhaustivo. Para ello recurrieron al método no intrusivo del escáner, que arrojó imágenes de bultos extraños en diferentes compartimentos del vehículo.
En efecto, al proceder a la inspección física encontraron nada menos que 445 baterías para celulares; 234 módulos de pantalla de marcas iPhone, Samsung y Motorola; 210 tapas traseras para iPhone y 1.300 pines de carga. Toda la mercadería era de procedencia extranjera.
Así, la Aduana presentó la debida denuncia ante la justicia e intervino el Juzgado Federal de Eldorado, que ordenó el secuestro del vehículo y la mercadería. Los ciudadanos argentinos quedaron supeditados a la causa.