Acuerdo de reconciliación en Gaza: Un nuevo rol para China y Rusia
Acuerdo de reconciliación en Gaza lleva a generar un nuevo rol para China y Rusia tras el acuerdo preliminar firmado que termina crear un “gobierno interino de reconciliación nacional”.
En julio pasado, en la capital china, varias facciones palestinas, incluidas Hamas y Fatah, firmaron un acuerdo preliminar para crear un “gobierno interino de reconciliación nacional”. Este gobierno administraría Gaza cuando finalice la guerra actual. El acuerdo, que ya había sido intentado en Moscú en febrero, representa un paso clave en la búsqueda de unidad palestina.
Tanto China como Rusia tienen una larga historia de apoyo a la causa palestina. “Desde la época de Mao, China ha mostrado simpatía por el sufrimiento palestino”, menciona Ahmed Aboudouh, investigador de Chatham House.
Mao envió armas a la OLP, y líderes palestinos, como el presidente Mahmud Abás, estudiaron en Moscú. Sin embargo, el papel de estas dos potencias ha cambiado. Hoy, Pekín y Moscú se presentan como mediadores en el conflicto palestino-israelí.
Mediadores inesperados
A diferencia de EE.UU., que considera a Hamas una organización terrorista y no entabla conversaciones con ellos, ni China ni Rusia tienen problemas en dialogar con todas las partes. Esto les ha permitido posicionarse como mediadores.
Sin embargo, los expertos son escépticos sobre el impacto real de estos esfuerzos. “Es improbable que esta mediación tenga resultados concretos”, opinan analistas consultados por la BBC.
Aunque Palestina no cuenta con grandes recursos naturales ni es una potencia regional, China y Rusia ven en su involucramiento una oportunidad para ganar influencia internacional y contrarrestar el poder de Occidente. “Es más una cuestión de imagen y estrategia que de recursos”, señala Aboudouh.
El interés ruso
Por otro lado, Rusia ha utilizado el conflicto entre Hamas e Israel para desviar la atención de la guerra en Ucrania. Según el profesor Mark Katz, “el Kremlin ve una oportunidad en el conflicto para criticar la hipocresía de Occidente”.
Tanto China como Rusia han encontrado en este conflicto una forma de fortalecer su presencia en el escenario global, cada una con sus propios intereses y estrategias.