Denunciante contra tres policías en Orán ratificó los malos tratos en el juicio
Ayer tuvo lugar en la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán una nueva jornada del juicio que se sigue contra los policías Pablo Alberto Díaz (36), Luis Alfredo Castro (34) y Analía Valeria Roldan (37).
Díaz y Castro son juzgados como autores de los delitos de privación ilegitima de la libertad con abuso funcional agravada, vejaciones agravada, abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por el número de partícipes y por ser cometida por funcionario policial, robo agravado por ser cometido por un funcionario policial todo en concurso real.
Por su parte, Roldán está acusada del delito de privación ilegitima de la libertad con abuso funcional agravado, encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes del funcionario público. En la causa fue sobreseído Rosendo Rojas debido a su fallecimiento.
La ronda de testimoniales continuó con el relato del denunciante, que lo hizo vía remoto desde la cárcel federal de General Güemes. Contó que había salido con su pareja y que fueron interceptados por una camioneta aproximadamente a una cuadra y media o dos cuadras del local bailable, cuando ya se iban a su domicilio. Agregó que a su pareja la subieron a la cabina atrás del chofer, y a él lo llevaron en la caja, mientras era golpeado a culatazos con las itakas de los policías y que dos de ellos tenían el chaleco de la División de Drogas Peligrosas.
Dijo que lo llevaron a la base policial en barrio Mitre, y allí continuaron los golpes, durante varias horas, vio como manoseaban a su mujer, aunque estaban en diferentes cuartos, y que le dijeron que habían abusado de ella, aclaró que eso no lo habían hecho delante de él.
Se refirió al dinero que tenían de la venta de ladrillones, que era un fajo de billetes, y que se lo sacaron. Luego su mujer se descompensó, y escuchó a una policía que les decía a sus compañeros que llamen a la ambulancia y fueron llevados entonces a la guardia del hospital, donde se negaron a atenderlos.
También declararon agentes de guardia en el hospital
La victima dijo que habló con su abogado, y por eso se fueron del hospital. Horas más tarde concurrieron a una Clínica Privada para ser atendidos.
También se escuchó la declaración de cuatro policías que intervinieron esa noche. Dos de ellas habían estado esa madrugada en el puesto policial del Hospital San Vicente de Paul, cuando fue ingresada la mujer acompañada de su pareja. Dijeron que tanto el chofer como el enfermero dijeron que habían sufrido un accidente de tránsito ya que se habían caído de la motocicleta frente a la base de Drogas Peligrosas.
En su relato coincidieron que ante esa situación se debía tomar su testimonial, hacer el examen médico y realizar la extracción de sangre. La pareja se negó a aportar los datos personales, tenían aliento etílico y la mujer dijo que habían tenido problemas de pareja. Luego el médico de guardia la revisó y les informó que debía ser internada. En ese momento el hombre salió a hablar por teléfono y luego se retiraron. Todo eso había quedado registrado en el libro de guardia.
Testimonio del médico
Para finalizar la ronda de testimoniales, declaró el médico de guardia, que contó que la mujer tenía la cara inflamada, las pupilas dilatadas, presentaba politraumatismo, y estaba acompañada de su pareja a quien conocía por que lo había atendido varias veces. Dijo que cuando le dijo que debía quedar internada el hombre se puso nervioso. Luego ordenó que le colocaran suero a la mujer y se fue a continuar atendiendo otros pacientes. Después el enfermero le informó que la pareja se había retirado.
Al terminar, el juez Héctor Fabián Fayos ordenó pasar a un cuarto intermedio para el próximo martes 23 y miércoles 24 para continuar con la recepción de las testimoniales.
Por el Ministerio Público interviene la fiscal penal de Violencia de Género, Soledad Filtrín Cuezzo. La defensa de los imputados está a cargo del defensor oficial Federico Gil Neuber, y de las abogadas Celeste Analía del Carmen Gauna y Karina del Valle Guaymás.