Orán vivió ayer viernes una caótica sesión en el Concejo Deliberante que apenas duró unos minutos debido a la falta de acuerdo para elegir nuevas autoridades, lo que ha dejado al cuerpo legislativo sin conducción efectiva.
La situación genera preocupación en la comunidad y ha abierto la posibilidad de una intervención oficial, dada la incapacidad del Concejo para resolver su acefalía y retomar sus funciones.
Una sesión express y sin avances
La sesión del viernes fue breve y polémica. En diálogo con medios locales, el concejal Carlos Suárez relató que, al momento de comenzar, la presidenta del Concejo, Alejandra Pato, se levantó abruptamente de su puesto y sugirió que Suárez, como el edil de mayor edad, debía asumir la presidencia. La propuesta fue vista por Suárez como una maniobra inconsistente, señalando que Pato “aún sigue siendo presidenta, ya que su renuncia no ha sido aceptada formalmente”. Además, el concejal enfatizó que la invitación a la sesión fue firmada por la misma Pato en calidad de presidenta, lo cual aumenta la confusión sobre el estatus de su cargo. “Es raro, porque hace unos días les gritaba a otros concejales que ella no era la presidenta del Concejo”, comentó Suárez, subrayando las contradicciones en la conducción.
La falta de compromiso y el pedido de intervención
El abogado y referente local Ariel Pomares cuestionó duramente la conducta de los concejales, responsabilizándolos por el bloqueo institucional y acusándolos de “no querer interpretar la Carta Orgánica o de prolongar los tiempos innecesariamente”. Según Pomares, la negativa a asumir la responsabilidad de elegir nuevas autoridades ha dejado al Ejecutivo Municipal y a la comunidad sin la posibilidad de gestionar ordenanzas y resoluciones fundamentales para el funcionamiento de Orán. “La situación es grave porque el Ejecutivo no tiene la herramienta legislativa para dar curso a las ordenanzas, resoluciones y trámites necesarios”, afirmó Pomares, quien destacó que la intervención del Concejo es una medida que amerita ser evaluada, dada la incapacidad del cuerpo legislativo de resolver sus propios conflictos.
Una acefalía que se prolonga
La situación en el Concejo Deliberante lleva un mes de estancamiento, con renuncias y ausencias que impiden la normalización de la presidencia. Pomares explicó que, tras la renuncia de Pato, la vicepresidenta primera, Claudia Copes, o el vicepresidente segundo, Fabio Urdapilleta, deberían haber asumido la conducción del Concejo. Sin embargo, la falta de argumentos válidos para que estos funcionarios deleguen sus responsabilidades ha generado un vacío institucional. “Si no se sienten capaces, deberían renunciar de manera definitiva”, declaró Pomares, quien también consideró que, ante la gravedad de la situación, los concejales deberían donar sus salarios, estimados en $400,000, a instituciones de beneficio social.
Sin solución a la vista
La incapacidad de los ediles de resolver la acefalía, o la puesta en prioridad de las mezquindades políticas de determinados sectores plantea un panorama incierto para Orán.
La ciudadanía y el Ejecutivo se encuentran en una situación de vulnerabilidad, sin acceso a las herramientas legislativas que provee el Concejo Deliberante. La situación exige una respuesta inmediata, tanto para resolver la acefalía como para recuperar la institucionalidad en el municipio.
La posibilidad de una intervención ha ganado peso en las últimas horas, con el llamado de varios sectores a evaluar esta opción como una solución ante la crisis en el Concejo Deliberante de Orán.
Cabe recordar que durante las sesiones de la Cámara de Diputados de semanas atrás se expidieron los legisladores del departamento, planteando lo inédito del hecho.