El costo oculto del verano: cómo las vacaciones afectan el aprendizaje en Salta y el país
Las vacaciones de verano, necesarias para el descanso, tienen un costo educativo significativo: los estudiantes pierden hasta 65 días de aprendizaje en Matemática y 54 días en Lengua, según un informe de “Argentinos por la Educación”.
Este retroceso, conocido como RPA (retroceso posvacacional de aprendizajes), afecta de forma desigual, perjudicando principalmente a quienes provienen de contextos vulnerables y ampliando las brechas educativas existentes.
Este análisis detalla cómo las vacaciones afectan a los estudiantes en Salta, el resto de Argentina y Latinoamérica, y presenta estrategias concretas para mitigar este fenómeno.
En Argentina, la duración promedio de las vacaciones de verano es de 71 días, lo que posiciona al país por encima del promedio regional de 66 días y del promedio de los países de la OCDE, que es de 62 días. Este receso prolongado tiene consecuencias significativas en los aprendizajes acumulados durante el ciclo lectivo, con una pérdida promedio de 47 días equivalentes de aprendizaje. Esta cifra aumenta a 54 días en Lengua y 65 días en Matemática.
En Salta, como en el resto del país, las provincias tienen autonomía para establecer sus calendarios escolares, lo que resulta en variaciones significativas en la duración del receso.
No obstante, la implementación de la Ley N.º 25.864 asegura un mínimo de 180 días de clases, incrementado recientemente a 190 días según resoluciones del Consejo Federal de Educación.
A pesar de este marco normativo, los estudiantes de niveles socioeconómicos bajos enfrentan mayores desafíos.
Por ejemplo, el retroceso en comprensión lectora puede llegar hasta 97 días en este grupo, mientras que, en estudiantes de niveles socioeconómicos medios, la pérdida es de 50 días.
En términos de reconocimiento de palabras, los estudiantes de NSE medio pueden incluso mostrar una ganancia de hasta 47 días, mientras que los más vulnerables registran una pérdida de 43 días.
A nivel nacional, el retroceso posvacacional amplifica las desigualdades educativas. Durante el ciclo escolar, las ganancias en aprendizaje son similares entre grupos socioeconómicos, lo que destaca el papel de la escuela como niveladora de desigualdades. Sin embargo, durante el receso de verano, las diferencias en acceso a recursos educativos y actividades recreativas benefician a los estudiantes de contextos más favorecidos, mientras que los sectores más vulnerables ven limitadas estas oportunidades.
En Argentina, se han implementado diversas estrategias para reducir el impacto del retroceso posvacacional, tales como talleres de lectura guiada, modificaciones en el calendario escolar y programas de tutorías. Estas últimas intervenciones, que consisten en trabajo personalizado o en pequeños grupos, han mostrado resultados positivos, especialmente en Matemática y Lengua. Sin embargo, la efectividad de estas estrategias depende de su diseño y adaptación a los contextos locales.
Para abordar este desafío, “Argentinos por la Educación” recomienda acciones específicas en varios niveles.
A nivel escolar, se sugiere implementar diagnósticos al inicio y final del receso para evaluar los aprendizajes y ajustar las estrategias pedagógicas en consecuencia.
En el ámbito comunitario y familiar, es fundamental promover actividades recreativas y culturales que estimulen el aprendizaje, tales como la lectura compartida, juegos matemáticos o actividades prácticas como la cocina y la planificación de viajes.
En conclusión, el informe de “Argentinos por la Educación” destaca la necesidad de políticas educativas integrales que no solo mitiguen el retroceso posvacacional, sino que también promuevan aprendizajes sostenibles, especialmente en contextos vulnerables.
El desafío es implementar estrategias equitativas y efectivas que beneficien a todos los estudiantes, cerrando las brechas educativas existentes.