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Semana decisiva para el agro: sequía y ola de calor amenazan a la soja y el maíz

El panorama agrícola en la región centro de Argentina enfrenta una crisis crítica debido a la persistente falta de lluvias y las altas temperaturas pronosticadas para los próximos días.

Hace casi un mes que no llueve en la zona núcleo, lo que agrava el estrés hídrico que ya afecta severamente a cultivos como la soja y el maíz.

Impacto en los cultivos

El 45% de los lotes de maíz temprano en la región núcleo se encuentran en condiciones de regulares a malas, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). La soja de primera también muestra un marcado deterioro, con solo el 32% de los lotes en condiciones muy buenas, muy lejos del 95% registrado en la misma fecha el año pasado gracias al fenómeno “El Niño”.

En el sur de la región núcleo, el maíz enfrenta un panorama particularmente grave, con casi todos los lotes clasificados entre regulares y malos. Mientras tanto, en el norte bonaerense, donde los productores habían apostado al cereal tras esquivar la chicharrita, la situación es prácticamente irreversible, con el 100% de los lotes afectados.

La soja de segunda tampoco escapa al impacto de la sequía, ya que la falta de humedad superficial dificulta el desarrollo adecuado de las plantas y compromete los rendimientos futuros.

Condiciones meteorológicas adversas

La falta de lluvias ha dejado al suelo con reservas mínimas de humedad, especialmente en el centro-este de la región pampeana. En el norte de Buenos Aires, por ejemplo, serían necesarias precipitaciones de entre 100 y 120 mm para revertir la condición de sequía.

A esto se suma la llegada de una ola de calor a partir del martes 14 de enero, con temperaturas mínimas que podrían superar los 20°C y máximas en aumento. Esto incrementará la pérdida diaria de agua en los cultivos, que podría pasar de 6-7 mm a 8-9 mm.

Producción en riesgo

En la campaña 2024/25, la soja cubre el 97% de las 18,4 millones de hectáreas proyectadas, pero su condición general ya muestra un descenso en la calidad hídrica. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), se necesitarán lluvias urgentes para sostener el rendimiento potencial, especialmente en el caso de la soja de primera.

El maíz tardío enfrenta una etapa crítica con reservas de humedad extremadamente ajustadas. Sin lluvias significativas en las próximas semanas, los rendimientos podrían caer por debajo de los 50-60 qq/ha, afectando la rentabilidad de los productores.

Perspectivas a corto plazo

La BCR descarta lluvias significativas antes del 20 de enero, lo que prolongará la crisis en la región agrícola más importante del país. Mientras tanto, la ola de calor incrementará la presión sobre los cultivos, dejando a los agricultores en una posición cada vez más vulnerable frente a las pérdidas productivas y económicas.

La situación recuerda el impacto devastador de La Niña en campañas anteriores, como la de 2022/23, que dejó una producción histórica mínima de soja. La urgencia por lluvias no solo es crucial para la producción actual, sino también para evitar un nuevo golpe económico en un sector ya castigado por altos costos y precios bajos.

Fuente: Ámbito Financiero

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