Un comandante mayor retirado de Gendarmería Nacional, su hijo de 25 años, una agente del Servicio Penitenciario de Salta, su ex pareja, dado de baja de la misma repartición; son algunos de los ocho miembros más destacados de una estructura criminal de orden transnacional que, desde hace tres meses, explotaba una ruta de tráfico de Orán a Mendoza, hacia donde llevaban no sólo cocaína, sino también éxtasis.
En el marco de una nutrida audiencia, el juez federal de Garantías N°1 de Salta, Julio Bavio, dio por formalizada ayer la investigación penal seguida contra Sandra Mariela Areco Florentín, Daniel Antonio Olivera Serrano, Antonio Agustín Gutiérrez, Miguel Ángel Torres, Miguel Emanuel Torres Ibba, Francisco Salinas Campos, Paul César Heredia Comandiri y Diego Andrés Bahamonde por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes. Con excepción de Areco Florentín, a quien se la adjudicó la condición de partícipe secundaria, el resto quedó imputado como coautores. A Comandiri y Salinas Campos, en tanto, también se les imputó los delitos de almacenamiento y tenencia de armas de uso civil, en concurso ideal y real respectivamente. Por el Ministerio Público Fiscal intervienen los fiscales generales, Eduardo Villalba y Carlos Martín Amad, por la Fiscalía de Distrito; y Diego Iglesias y el auxiliar Jorge Viltes Monier, por la PROCUNAR NOA, áreas que ya tenían en la mira a distintos integrantes de esta organización narcocriminal. También, a pedido de los fiscales, el juez dispuso la prisión preventiva de los ochos acusados, medida que, en el caso de Areco Florentín, se cumplirá bajo la modalidad de arresto domiciliario, mientras que el resto lo hará en una unidad carcelaria federal. Al presentar el caso, el auxiliar fiscal explicó que la detención de los acusados se produjo el lunes 13 de enero en la localidad mendocina de Guaymallén, entre las 18 y las 19:30 hs, en el marco de un exitoso operativo que incluyó tareas de seguimiento y diversos allanamientos en Salta, Orán y Mendoza. Los procedimientos, a cargo de personal de las policías provinciales de Salta y Mendoza y de Gendarmería Nacional, fueron solicitados desde la Fiscalía de Distrito a partir de una investigación previa que se desprende de un caso registrado el 7 de mayo de 2024, cuando se logró el secuestro de 99 kilos de marihuana en un control de ruta, en el puesto El Naranjo, en el sur de la provincia, donde se detuvo a tres personas. De este caso surgió el nombre de Gutiérrez, que se convirtió en el hilo del cual los investigadores comenzaron a tirar a través de tareas investigativas, las que dieron paso a la identidad de otros implicados.
A revista pasiva
El ministro de Seguridad y Justicia de Salta, Gaspar Solá, dispuso el pase a revista pasiva e inicio del sumario administrativo correspondiente a la Suboficial del Servicio Penitenciario de Salta que fue detenida en Mendoza y es investigada por formar parte de una organización narcocriminal.
El ministro Gaspar Solá que habló destacando la articulación entre las fuerzas en esta operación.
A partir de tareas de campo e inteligencia, como ser análisis de sábanas de llamadas e intervenciones, entre otras, se logró establecer que los acusados habían conformado una organización criminal, con distribución de roles y de orden trasnacional, pues adquirían la droga desde el Estado Plurinacional de Bolivia, para luego acopiarlo en la ciudad de Orán y, desde allí, transportarlo a Mendoza. La modalidad de tráfico se llevaba adelante mediante convoy de dos o tres vehículos, uno en el que iba la droga y el resto hacían de “coche puntero”, cuya función era la de ir por delante a fin de advertir al rodado cargado sobre los controles que las distintas fuerzas de seguridad.
El ex comandante actuaba como líder
Por su amplia experiencia, Torres tenía una función de liderazgo, pues era el que coordinaba las operaciones del tráfico, y siempre viajaba solo, en este caso, en un automóvil Fiat Argo, mientras que el resto de los integrantes de la organización, incluido su hijo (Torres Ibba), lo hacían de a dos o tres. Para dejar en claro, el fiscal explicó que la vinculación de Torres no solo surgió de su relación, directa o indirecta con Gutiérrez, sino también de aportes que fueron provistos por la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad (UFINAR) de Salta, tal como lo promueve el Código Procesal Penal Federal en base a la tarea conjunta entre fiscales federales y provinciales.
Al respecto, explicó que Torres, padre e hijo, registran vinculaciones con una banda narco que opera en Orán, con la cual habrían tenido inconvenientes con una deuda, la que derivó en la venta de un inmueble por parte del comandante retirado para saldar ese pasivo y evitar represalias. No menor fue la alusión respecto a otros dos de los acusados. Se trata de Areco Florentín y su pareja, Olivera Serrano. La primera se desempeña como agente en el área administrativa del Servicio Penitenciario de la Provincia, mientras que su marido, hasta hace poco, también cumplía tareas en esa fuerza, pero fue dado de baja. De Orán a Mendoza, al referirse a la captura de los imputados, el representante del Ministerio Público Fiscal reveló que, dado que los principales implicados ya estaban siendo monitoreados, es que se advirtió que habían iniciado un nuevo convoy, esta vez de tres vehículos. Se detectó, a través de los registros de geolocalización de los teléfonos que Gutiérrez y Torres usaban, que se movilizaban en un automóvil Fiat Cronos, el que ya se hallaba en Catamarca y se dirigía a Mendoza, mientras que Torres, lo hacía en el Fiat Argo, con el mismo destino. En un tercer vehículo, una Cupé Fiat Toro, iban Olivera Serrano, su pareja y Bahamonde, aunque la marca del rodado recién se pudo identificar una vez que llegaron al lugar de entrega de la droga. Coordinados desde la fiscalía, los investigadores y el personal operativo, vigiló el paso de los dos primeros vehículos desde La Rioja hasta la ciudad mendocina de Guaymallén, donde se pudo identificar dos destinos. Uno era un hotel, en el que quedó alojada la agente penitenciaria. Torres, previo a ingresar a la casa, hizo un gesto de aprobación al conductor de una camioneta Volkswagen Amarok, la que luego se marchó. En seguida apareció el Fiat Cronos, el que fue interceptado en inmediaciones.
Cocaína y éxtasis
En una habitación, en la que ambos dormían, se secuestró otros 18 kilos de la misma droga, un envoltorio con 995 gramos de éxtasis, dos pistolas y una suma de más de 300 mil pesos y los teléfonos celulares, entre otros elementos de interés.
Asimismo, se procedió a la detención de Torres, Bahamonde, Olivera Serrano y Areco Florentín, con lo que se completó el cuadro delictivo que había salido de Orán, como así también los dos destinatarios de la droga en Mendoza, quienes eran los encargados de la comercialización local del estupefaciente, aunque no descarta que también sea traspasada a Chile.
Tras las detenciones, y con una serie de inmuebles identificados, la fiscalía supervisó varios allanamientos más, gracias a los cuales se pudieron reunir más elementos de pruebas, como ser computadoras y documentación.
Descripto el hecho y los roles de los acusados, la fiscalía enumeró las pruebas recolectadas, tras lo cual solicitó la prisión preventiva de todos los imputados, la que fundó en la gravedad del hecho, la logística evidenciada, los riesgos de fuga y entorpecimiento, como así también la imposibilidad de que los acusados, atento a la alta escala penal de los delitos imputados, puedan tener una pena de ejecución condicional. Ante la robustecida imputación, la defensa se abstuvo de hacer objeciones, tanto a la acusación como al pedido de prisión preventiva. Ante ello, el juez se expidió en favor de los términos requeridos por el Ministerio Público Fiscal.