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Droga, corrupción y tutoriales, en la aceitada organización de la banda de gendarmes

La reciente desarticulación de una sofisticada organización narcocriminal con la participación de gendarmes en actividad y exmiembros de la fuerza ha puesto en evidencia el nivel de infiltración del narcotráfico en las instituciones de seguridad, y la destreza para burlar los controles, tanto, así como para generar “Una Guía” para la impunidad.

La causa, liderada por el fiscal federal Ricardo Toranzos, se inició tras el hallazgo de 303 kilos de cocaína en una camioneta conducida por un cabo de Gendarmería. Según detalló el fiscal en diálogo con el periodista Héctor Alí en FM Pacífico, la organización criminal operaba desde Orán, en Salta, y contaba con una estructura bien definida que aseguraba el tráfico de grandes cantidades de cocaína hacia Buenos Aires. “Esta banda no solo transportaba droga, sino que también había desarrollado un sistema de tutoriales para enseñar a otros, cómo ocultar la mercadería en los vehículos y evadir los controles”, explicó Toranzos.

Entre las técnicas utilizadas, los gendarmes implicados diseñaban compartimentos ocultos en los asientos traseros de los vehículos, reforzándolos con elásticos para disimular el peso de la carga. Según los mensajes recuperados de los celulares de los imputados, se priorizaba que el acondicionamiento de la droga “pareciera lo más original posible” para evitar la detección.

La investigación reveló que la organización tenía una fuerte presencia en el Noroeste y Nordeste del país, y que sus operaciones estaban respaldadas por gendarmes que, en algunos casos, brindaban apoyo activo transportando la droga, mientras que en otros se limitaban a omitir controles o a proporcionar información clave sobre los procedimientos de seguridad.

Un entramado de corrupción y complicidad

El caso se volvió más complejo cuando los peritos analizaron los celulares de los detenidos y encontraron un grupo de WhatsApp denominado “Los Peluches”, donde se compartían consejos sobre cómo embutir la cocaína y disimularla en vehículos. Este hallazgo fue clave para la ampliación de la investigación y la detención de otros involucrados.

Toranzos destacó la gravedad del hecho y señaló que el narcotráfico “invierte en la comunidad” con el objetivo de no ser descubierto, buscando corromper instituciones y captar agentes de seguridad para garantizar el tráfico de drogas. “El poder del dinero del narcotráfico es contundente, ningún sector de la comunidad está exento de esa situación”, advirtió el fiscal.

En la causa ya fueron imputados ocho individuos, entre ellos cinco gendarmes en actividad o recientemente dados de baja.

Una trama compleja

El caso, declarado de carácter complejo a solicitud de la fiscalía, involucra a cinco gendarmes, dos en actividad al momento de su detención, dos exmiembros de la fuerza y uno que estaba por incorporarse. La investigación cuenta con apoyo de la PROCELAC, PROCUNAR, y diversas fiscalías federales de Gualeguaychú, Hurlingham y otras jurisdicciones.

Entre los seis acusados restantes figuran Diego Hernán Delgado (gendarme), Federico Rubén Batista (gendarme), Gabriel Osvaldo Ruiz Apaza, Francisco Agustín Flores (próximo a ingresar a la fuerza), Adrián Emilio Escarlata (exgendarme) y Marlene Leonor Hañek. La fiscalía solicitó y obtuvo la prórroga del plazo de investigación sobre ellos.

El inicio del caso

La pesquisa comenzó el 19 de mayo de 2024, cuando el cabo Diego Delgado fue detenido en General Pizarro, Salta, transportando 303 kilos de cocaína valuados en más de 4 mil millones de pesos. Este hecho permitió descubrir una red ilícita de transporte y distribución de drogas. Posteriormente, el 26 de octubre, se interceptó un segundo cargamento en Rosario de la Frontera, Salta, con 31 kilos de cocaína ocultos en la rueda de auxilio de una camioneta, lo que derivó en la detención de otros miembros de la organización.

Nuevas detenciones y evidencia digital

Gracias a la colaboración entre fiscalías, la semana pasada se detuvo a Ostapowicz y Richar Delgado en Posadas, en un operativo que también incautó elementos clave como dispositivos electrónicos, vehículos de lujo y armas. Además, información extraída de teléfonos permitió descubrir un grupo de WhatsApp llamado “Los Peluches”, donde los implicados compartían métodos para transportar droga y estrategias para sortear controles de Gendarmería.

Según la fiscalía, la magnitud de la red no solo evidencia un entramado operativo bien estructurado, sino también maniobras de lavado de activos.

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