Cónclave en Roma: Rossi, el cardenal argentino teme una reversión del legado papal

El cardenal Ángel Sixto Rossi, de 66 años, será uno de los cuatro cardenales argentinos encargados de elegir al sucesor del papa Francisco. Para Rossi, el sucesor debe ser alguien que combine un “sueño grande” con una atención a los pequeños detalles del Evangelio y la misericordia.
Como arzobispo de Córdoba y jesuita, Rossi está nervioso por este desafío histórico, pero también muestra un tono humorístico al recordar sus experiencias previas con las ceremonias eclesiásticas.
Rossi, quien fue cercano a Francisco desde su juventud, destacó la complejidad de la elección. A pesar de los diferentes puntos de vista entre los cardenales, mantiene la esperanza de que prevalezca la sensatez y el sentido común al elegir al nuevo papa.
En su opinión, la Iglesia no debe retroceder, sino seguir avanzando por el camino abierto por Francisco, especialmente en temas como la sinodalidad y la escucha activa de los fieles.
Iglesia servidora
El cardenal argentino también reflexiona sobre la figura de Francisco, mencionando la “orfandad” que siente al pensar en su ausencia, pero también el legado que dejó. Subraya que el próximo papa no tiene que ser una copia de Francisco, sino alguien que continúe su visión de una Iglesia servidora, no cortesana.
Para Rossi, el sucesor de San Pedro debe tener un profundo sentido de misericordia y una visión del Evangelio que no tema “soñar en grande”, mientras se preocupa por los pequeños detalles.
Sobre la posibilidad de que la Iglesia se aleje del legado de Francisco, Rossi admitió que tal reversión es posible, pero expresó su deseo de que no ocurra. Según él, sería “muy triste” dar marcha atrás, y espera que la mayoría de los cardenales sigan el camino iniciado por Francisco.
Por último, respecto al nombramiento de cardenal por parte de Francisco, Rossi recuerdó con humor cómo se enteró de la noticia de manera inesperada. Además, reflexiona sobre el ambiente de respeto que se vive en las congregaciones generales previas al cónclave.
Fuente: La Nación