A un año del triple lesbicidio en Barracas, la Justicia aún no lo considera crimen de odio

Tres mujeres lesbianas fueron asesinadas en un hotel de Barracas. A un año del crimen, el juez Edmundo Rabbione mantiene la carátula de “homicidio doblemente agravado” sin considerar el odio por orientación sexual como agravante, lo que ha generado críticas y movilizaciones.
Justo Fernando Barrientos arrojó una bomba molotov en la habitación que compartían cuatro mujeres lesbianas en el hotel Canarias del barrio porteño de Barracas.
El ataque provocó la muerte de Pamela Cobas, Mercedes Roxana Figueroa y Andrea Amarante, mientras que Sofía Castro Riglos sobrevivió con graves quemaduras.
A un año del hecho, el juez Edmundo Rabbione, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, mantiene la imputación de “homicidio doblemente agravado” por alevosía y peligro común, sin considerar el crimen como motivado por odio hacia la orientación sexual de las víctimas.
El magistrado sostiene que se trató de un “conflicto vecinal”, descartando la violencia de género como móvil del ataque .
Esta postura lo cuestionaron las organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTIQ+, que denuncian la falta de perspectiva de género en la investigación.
La abogada Luciana Sánchez, representante de la sobreviviente y de la familia de una de las víctimas, presentó una recusación contra el juez por revictimización y por no actuar con la debida diligencia reforzada en casos de violencia hacia mujeres y personas LGBTIQ+ .
Además, María Rachid, integrante de la Federación Argentina LGBT y del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de CABA, señaló que la Justicia ha impedido la participación de organizaciones en el seguimiento de la causa y ha obstaculizado la producción de pruebas orientadas a señalar el odio como móvil del crimen .
Marchas por el crimen y acto de odio
En conmemoración del primer aniversario del triple lesbicidio, se realizaron diversas actividades en la Plaza Colombia de Barracas, donde familiares, amigos y organizaciones sociales exigieron justicia y el reconocimiento del crimen como un acto de odio hacia la comunidad lesbiana.
Durante la jornada, se descubrió una placa en memoria de las víctimas y se pintó un mural colectivo en el barrio.
El caso, que conmovió a la sociedad argentina, continúa generando debate sobre la necesidad de incorporar la perspectiva de género y diversidad en el sistema judicial para garantizar el acceso a la justicia de las personas LGBTIQ+.
Fuente: Ámbito Financiero