León XIV llama a la Iglesia a actualizar la doctrina social desde la experiencia de los pobres

En vísperas de asumir su ministerio, el nuevo pontífice resaltó que la doctrina social de la Iglesia debe ser un camino de escucha, estudio y compromiso con las periferias y los más vulnerables.
Mañana, el papa León XIV asumirá formalmente su ministerio petrino en una misa solemne en el Vaticano, que reunirá a 200 delegaciones internacionales, jefes de estado, líderes religiosos y cabezas coronadas.
En su última intervención antes de la ceremonia, destacó la importancia de dar voz a los pobres, a quienes calificó como un “tesoro de la Iglesia y de la humanidad”, y señaló que sus perspectivas, aunque a menudo ignoradas, son esenciales para comprender el mundo con “los ojos de Dios”.
Durante una audiencia con la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, el papa León XIV explicó que la doctrina social de la Iglesia debe promover el diálogo y no pretender poseer la verdad absoluta. Subrayó que “el adoctrinamiento es inmoral” porque bloquea el juicio crítico y la libertad de conciencia.
En cambio, la doctrina debe fomentar el estudio, el análisis profundo y, especialmente, la escucha activa de los pobres y las periferias sociales, que son portadores de esperanza y compromiso social.
El papa insistió en que quienes viven alejados de los centros de poder no solo deben ser instruidos en la doctrina social, sino reconocidos como sus continuadores y actores clave en el compromiso social. Destacó el papel de los movimientos populares, los trabajadores y las organizaciones católicas.
Doctrina social
León XIV enfatizó que la doctrina social debe enfrentarse a los nuevos retos con criterios éticos y apertura, evitando la rigidez. Llamó a superar la percepción negativa entre muchos contemporáneos, que ven “diálogo” y “doctrina” como términos opuestos, y explicó que toda doctrina un camino común hacia la verdad, no una opinión dogmática.
Finalmente, el papa urgió a cultivar el pensamiento crítico en la era digital y denunció la falta de diálogo y la proliferación de desinformación. Reiteró la necesidad de escuchar a los pobres como fuente indispensable para interpretar los signos de los tiempos, en línea con el Concilio Vaticano II.
Fuente: La Nación