Salta

La Corte Suprema pidió informes a Salta sobre el desmonte del hábitat del yaguareté

La Corte Suprema de Justicia tomó una decisión crucial en relación con la preservación del yaguareté, en peligro de extinción debido al desmonte de sus hábitats naturales en las provincias de Chaco, Salta, Formosa y Santiago del Estero.

Ante ello, el máximo tribunal emitió un requerimiento a estas provincias, así como al Estado Nacional y a la Administración de Parques Nacionales, solicitando información detallada sobre el desmonte de territorios locales donde habita el yaguareté. Esta decisión fue resultado de una acción de amparo presentada por Greenpeace Argentina, una organización dedicada a la conservación del medio ambiente.

En su demanda, esta organizaciónabogó por la consideración del yaguareté como un “sujeto de derecho”, enfocándose en la importancia de conservar y preservar su hábitat natural. Además, solicitó una medida cautelar para suspender el desmonte de estas tierras destinadas a actividades agro-ganaderas, con el objetivo de proteger a esta especie emblemática que se encuentra al borde de la extinción en Argentina.

Según informó Télam, la Corte Suprema, al declarar su “competencia originaria”, asumió un papel directo en este caso, reconociendo la protección de un bien jurídico federal y considerando la implicación de la Nación y las provincias en este conflicto.

Este fallo unánime, firmado por el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, y los ministros Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, destaca la importancia de la colaboración entre los distintos niveles de gobierno para abordar la crisis de conservación que enfrenta el yaguareté en Argentina.

Este pronunciamiento judicial se produce en un contexto alarmante para la población de yaguaretés en el país y según la Fundación Rewilding Argentina, más del 95% del área de distribución de esta especie perdió debido a la caza y la pérdida de hábitats. Actualmente, solo quedan entre 200 y 250 yaguaretés en Argentina, y la situación es especialmente crítica en el Chaco argentino, donde quedan menos de 15 ejemplares, y en Paraguay, donde se observa un patrón similar.

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