Indiferencia institucional por la matanza de tucanes en Salta

Mientras decenas de tucanes son heridos o asesinados con hondas y rifles de aire comprimido en distintas localidades de Salta durante la temporada invernal, la ausencia de políticas públicas y la falta de formación técnica de los funcionarios del área exponen una inminente crisis con efectos irreversibles en la biodiversidad provincial.
La escena se repite cada año, en cada localidad, aumentando las víctimas con el paso del tiempo. Tucanes heridos con hondas y rifles de aire comprimido aparecen entre los árboles urbanos o caen en patios vecinos, desplomados tras un disparo o una pedrada. En Tartagal, Metán, Campo Quijano, San Lorenzo y el área metropolitana de Salta capital, decenas de reportes describen la misma brutalidad en redes sociales y portales locales: aves silvestres cazadas como un juego infantil o una costumbre heredada, carente de toda lógica y empatía.
El fenómeno no es nuevo, aseguran especialistas en ambiente y biodiversidad consultados por Nuevo Diario. Cada ola polar genera el mismo efecto: aves que, empujadas por el frío extremo, bajan de los montes en busca de alimentos y refugio, volviéndose visibles y vulnerables ante la mirada humana. Sin embargo, lo que sí es nuevo –o al menos más evidente– es la indiferencia de las autoridades responsables de proteger la biodiversidad provincial frente a este tipo de prácticas. El diagnóstico duele: no existen políticas públicas de sensibilización, prevención o control frente a los ataques contra la fauna silvestre. Y detrás de cada ave muerta, detrás de cada tucán asesinado por un balín, se revela la ineficacia de las acciones planteadas o la inexistencia de las mismas.
El hecho más reciente ocurrió en Metán, donde vecinos encontraron un tucán herido, y lograron asistirlo (aunque sin conocimientos) y llevarlo a la dependencia policial local.
¿Una cadena de desidia estatal?
Según recordaron los especialistas, Salta es la segunda provincia con mayor diversidad biológica de Argentina, después de Misiones. Pero en términos de gestión ambiental, ocupa los últimos lugares. La Secretaría de Ambiente provincial, dependiente del Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable que encabeza Martín de los Ríos, muestra una alarmante falta de capacidad para responder a este tipo de conflictos que se presentan en distintos puntos de la provincia.
En particular, el Programa Provincial de Biodiversidad, hoy a cargo de la Dra. Mariana Chanampa, no ha presentado hasta el momento ninguna acción ni campaña de concientización para reducir el daño sobre estas especies protegidas, pese al crecimiento de los ataques cada invierno. Tampoco existen planes regionales de manejo ni estrategias de conservación, ni siquiera para especies en peligro crítico como la Taruka, el Yaguareté, el Tapir o los Guacamayos. “El sistema de áreas protegidas, a cargo del Lic. Musalem, no muestra iniciativas más allá de su administración burocrática”, advirtieron los profesionales. “Lo más grave es la total falta de formación técnica y voluntad política para implementar campañas educativas sobre la fauna local. No se previenen los ataques porque no se planifican acciones de prevención, y no se sancionan porque no se fiscaliza ni controla”, explicó un especialista en fauna consultado, quien pidió reserva de identidad ante el temor de represalias laborales.
Mientras tanto, la sociedad sigue percibiendo estas prácticas como un juego. Para muchos, disparar a un tucán con un rifle de aire comprimido es apenas una travesura de la infancia. La legislación sobre caza y pesca permanece desactualizada y sin revisión desde hace años, sin incluir regulaciones específicas para estas armas que, en manos de menores, se convierten en instrumentos de crueldad y muerte.
Hoy, la muerte de tucanes en Salta muestra sólo la punta del iceberg: por debajo, las alarmas se encienden en todas las direcciones pese a los slogans sobre desarrollo sustentable y turismo de naturaleza. “Si no existen campañas de sensibilización ambiental, ni políticas preventivas, ni fiscalización efectiva de estas agresiones a la fauna, el futuro de la biodiversidad provincial seguirá pendiendo de un hilo”, remarcaron a Nuevo Diario. Hoy, ese hilo es sostenido únicamente por organizaciones de la sociedad civil y algunos ciudadanos que denuncian estos ataques en redes sociales frente a la indiferencia oficial, tan creciente como las víctimas de la fauna local que se cobra cada invierno.