Manzhouli conecta la económica de Rusia desde la frontera con el mercado chino

Manzhouli conecta la economía rusa con el mercado chino mediante un intenso flujo de comercio fronterizo. Trenes y camiones llevan madera siberiana y semillas de colza al gigante asiático. Empresas chinas procesan y comercializan los productos, sosteniendo puestos de trabajo en la región rusa cercana.
Manzhouli, en la provincia de Heilongjiang, se ha convertido en un eje decisivo para la economía rusa. Desde febrero de 2022, tras las sanciones occidentales, la ciudad se transformó en un punto vital para el comercio ruso. Trenes cargados de madera siberiana cruzan diariamente.
Esas cargas son procesadas en fábricas chinas para convertirlas en componentes de muebles o palillos. También ingresan semillas de colza, que se transforman en aceite de canola. El comercio favorece a ambos países y fortalece sus vínculos económicos.
Los camiones rusos transportan millones de toneladas de materia prima. El cruce comercial incluye además autos usados, que llegan en grandes lotes para venderse en concesionarios chinos. Es una forma de sortear las restricciones impuestas en Rusia.
La infraestructura en Manzhouli ha mejorado con puertos de carga modernos y los puentes y aduanas permiten una fluida entrada de productos rusos. Las autoridades chinas impulsan estas conexiones como parte de la ruta de la Seda. Las ciudades fronterizas como esta actúan como nodos en la política comercial y logística regional.
Plataformas como Ozon Global y Wildberries cuentan con miles de vendedores chinos que aprovechan la retirada de negocios occidentales. Esto permite que productos chinos ingresen al mercado de consumo ruso sin restricciones directas.
El auge del comercio también se refleja en la banca. Sberbank, el banco más grande de Rusia, reportó un aumento del 50 % en apertura de cuentas por parte de PYMEs chinas durante el último año. También creció la participación de la filial de VTB en Shanghái. El volumen comercial entre ambos países alcanzó los 1,74 billones de yuanes (unos 239 mil millones de dólares) en el año anterior.
En este contexto, Manzhouli no solo actúa como cruce físico. Conecta cadenas de abastecimiento y consumo, entrelazando la producción rusa con la demanda china. El flujo de materias primas estimula la actividad industrial en China y dentro del mismo comercio local ruso, al permitir reexportación de bienes o cambio de divisas.
La ciudad se ha posicionado como una infraestructura estratégica en el marco del refuerzo de lazos entre Pekín y Moscú. Su implicancia económica trasciende lo logístico: impulsa empleo en zonas fronterizas y permite a Rusia exportar recursos sin el bloque del comercio occidental.
Además, abre camino a nuevos canales de facturación y recaudación para empresarios chinos en ciudades rusas del Lejano Oriente. Al mismo tiempo, Rusia busca diversificar sus rutas de exportación hacia Asia fuera del control occidental.
Fuente: Infobae