Salta exige participación en el delineado del nuevo esquema del Belgrano Cargas

El anuncio del gobierno nacional sobre la privatización parcial del Belgrano Cargas desató una fuerte reacción en Salta.
Desde el Ejecutivo provincial, el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, exigió que la provincia sea parte de las decisiones que definirán el futuro del sistema ferroviario de cargas, alertando sobre el riesgo de repetir los errores cometidos durante las privatizaciones de los años 90. “Queremos evitar los errores del pasado, cuando solo interesaron los ramales cerealeros y se excluyó al norte”, expresó el funcionario, aludiendo a las consecuencias de aquella etapa en la que Salta y gran parte del NOA quedaron desconectadas del desarrollo ferroviario nacional.
La advertencia cobra relevancia en un contexto donde el litio y otros minerales críticos se transformaron en bienes estratégicos para la geopolítica global. En ese escenario, el ramal C-14 —que conecta Salta con Chile a través del paso de Socompa— se convierte en una pieza clave para el comercio y la producción regional, particularmente minera. No obstante, según de los Ríos, el esquema planteado por Nación —que propone concesionar la operación del material rodante, talleres e infraestructura bajo un sistema de “acceso abierto”— no contempla la inversión necesaria para rehabilitar corredores de alto costo, como el C-14 o el C-15. “El paso ferroviario a Chile está en nuestra provincia. Es el único corredor transandino del país. No podemos quedar al margen de esta planificación”, advirtió.
El reclamo salteño y los modelos posibles
De los Ríos cuestionó duramente el diseño actual del proceso licitatorio, que separa funciones clave como operación, mantenimiento y propiedad de la infraestructura. En lugar de un modelo único, propuso avanzar en esquemas mixtos que incluyan la participación del Estado y empresas privadas vinculadas a sectores estratégicos, como el minero.
“Hace falta planificación con inteligencia y flexibilidad”, señaló, advirtiendo que ni el sistema de peaje propuesto ni la inversión privada aislada pueden sostener los costos de recuperación que requieren los ramales salteños. Salta no es la única provincia que busca un modelo alternativo. Mendoza, por ejemplo, logró avanzar en un esquema de cogestión para reactivar un tren de cercanías utilizando parte de la infraestructura del Belgrano Cargas, sin pagar canon por el uso de las vías. Este enfoque podría convertirse en una referencia válida para otras provincias del interior profundo. “No se trata solo de trenes. Se trata de garantizarle al norte la posibilidad de crecer y competir. Salta quiere y debe formar parte de la toma de decisiones”, concluyó De los Ríos.
Un proceso nacional con intereses globales
El rediseño ferroviario impulsado por el gobierno de Javier Milei no se agota en una cuestión técnica o administrativa. Detrás de la privatización parcial del Belgrano Cargas subyacen intereses económicos y estratégicos vinculados a la extracción y exportación de minerales críticos, entre ellos el litio, que abunda en los salares del norte argentino.
En paralelo a Rio Tinto, otras multinacionales con fuerte presencia en el sector agroexportador, como Cargill, Cofco, Bunge y Viterra, también manifestaron su interés por operar ramales del sistema ferroviario.
Litio, Estados Unidos y el rol de Argentina en la región
El avance de Río Tinto en el país no es una operación aislada. La presencia de actores como la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en el proceso licitatorio y la conexión directa con empresas como Tesla dan cuenta del entramado geopolítico que envuelve esta privatización. Argentina, rica en recursos naturales y estratégicamente ubicada, se transforma así en un terreno de disputa entre potencias globales, en un marco de creciente dependencia y ajuste promovido desde el gobierno nacional.
Soberanía y memoria
La preocupación de Salta no es meramente económica. El control del sistema ferroviario —y especialmente de una línea como el Belgrano Cargas, que atraviesa 17 provincias y transporta cerca del 40% de las cargas por tren del país— está íntimamente ligado a la soberanía nacional. Así lo advierten sectores sindicales, académicos y sociales que recuerdan las consecuencias devastadoras de las privatizaciones de los años 90: miles de ferroviarios despedidos, pueblos abandonados, talleres cerrados y un sistema ferroviario fragmentado, en beneficio de grandes monopolios.
En el caso del Belgrano Cargas, esta línea fue recuperada por el Estado en 2013 luego de haber sido abandonada durante décadas. Hoy, su nueva privatización es vista por muchos como un retroceso que pone en riesgo no solo la competitividad regional, sino también el control nacional sobre una infraestructura estratégica que conecta las reservas de litio con los puertos de exportación. “Estamos frente a una nueva etapa de despojo. Esta vez, el litio es el centro de la disputa”, advierten desde agrupaciones ambientalistas y organizaciones sociales del norte argentino.