El Salvador autoriza reelección presidencial indefinida y amplía el mandato a seis años

Con 57 votos a favor y solo tres en contra, el Congreso salvadoreño habilitó formalmente que el presidente Nayib Bukele pueda postularse sin restricciones y adelantó las próximas elecciones para 2027, acortando su mandato actual.
La Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el partido Nuevas Ideas, aprobó una reforma exprés que modifica varios artículos de la Constitución. Con ello, se permite la reelección indefinida del presidente. A su vez, se extiende el periodo presidencial de cinco a seis años y se elimina la segunda vuelta electoral.
La iniciativa la presentó la diputada Ana Figueroa en representación del oficialismo y obtuvo 57 votos de legisladores a favor y tres en contra. La oposición se limitó a la negativa de dos diputados de ARENA y una de VAMOS. Su argumento central fue que la reelección sin límites ya existió históricamente en cargos populares, excepto en la Presidencia. Señalaron que ahora los ciudadanos pueden decidir el tiempo que respaldan a sus gobernantes.
A partir de ahora, quien obtenga la mayoría simple lo eligirán sin necesidad del 50 % más uno. También se incluyó una disposición transitoria para acortar el mandato actual de Bukele, que originalmente culminaba en 2029, y adelantar las elecciones a 2027, alineando los comicios presidenciales con los legislativos y municipales.
El proceso de aprobación fue acelerado. En cuestión de horas se aprobó, publicó en el Diario Oficial y luego se ratificó en una segunda sesión legislativa también exprés. Durante el trámite apenas hubo debate, y no se revisaron ni discutieron ampliamente los cambios.
En el oficialismo se defendió la reforma como una manera de reducir los costos de las campañas constantes y reforzar la estabilidad institucional.
Mientras tanto, fuerzas opositoras acusaron al Ejecutivo de concentrar poder. Una diputada de ARENA declaró que con esta reforma “ha muerto la democracia” y denunció que se aprobó sin consulta ciudadana y con opacidad.
Fuente: La Nación