La crisis confirma que hay más de 18 millones de pobres en el país
Una familia conformada por dos adultos y dos menores de edad necesita un ingreso de casi $500.000 para no ser considerada pobre, informó ayer lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El informe oficial indica que el costo de los productos que integran la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 30,1% en diciembre, lo que determinó que una familia conformada por dos adultos y dos hijos menores necesitara ingresos por $240.678 para no caer en la indigencia.
De esta forma, a lo largo de los doce meses de 2023 el costo de la canasta alimentaria acumuló un incremento de 258,2%.
Por su parte, el costo de la Canasta Básica Total (CBT) subió 27% el mes pasado, por lo que el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $495.798 para no ser considerada en situación de pobreza. En este último caso el acumulado de 2023 marcó un aumento de 225,1%.
El INDEC dio cuenta la semana pasada de que la inflación minorista durante diciembre ascendió al 25,5%, casi el doble que en noviembre, y que el rubro Alimentos y Bebidas mostró una suba mayor al índice general, con un 29,7 %.
En tanto, la inflación a lo largo del año pasado alcanzó al 211,4%, el mayor registró desde 1990.
Hasta el primer semestre del año, última medición disponible del INDEC, el 40,1% de los habitantes del país estaban bajo la línea de pobreza, de los cuales, el 9,3% era indigente.
De esta manera, sobre una población de 46 millones de personas, 18,4 millones se encuentran en la pobreza y uno de cada cuatro de ellas es indigente. Además, la pobreza se hace más fuerte en los menores de 16 años, donde el porcentaje alcanza al 60%, según cifras del INDEC.
Los datos de mediados de este año superaron al 39,3% de pobreza con que cerró el 2022, y 8,1% de indigentes, según el organismo.
Del origen al destino
Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en diciembre los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, el consumidor pagó $3,5 por cada $1 que recibió el productor.
En promedio y según indicaron, la participación del productor explicó el 26,3% de los precios de venta final. La mayor participación la tuvieron los productores de frutilla (52%), mientras que la menor fue para los de manzana roja (11%). Por su parte, el tomate y la lechuga, los dos con una brecha campo-góndola de 2,8 veces, tuvieron distintos comportamientos. Para finalizar, la frutilla (1,9 veces) subió 51,7% en origen y 9% en destino, por máxima oferta.