Temor científico por el posible desguace y desfinanciamiento del CONICET
Entre movilizaciones, despidos y resistencia, transitan con temor sus días, los científicos salteños y de todo el país, frente a la profecía autocumplida del Gobierno nacional liberal libertario.
Milei avanza a toda máquina con la implementación del proyecto de Ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, y que promueve nada más y nada menos, el desmantelamiento del Estado, sobre todo en espacios donde otrora supo estar presente y a la cabeza, para la producción de resultados que nos enorgullecieron frente al mundo. El panorama de hoy resulta equidistante, y cada vez más preocupante: a la fecha, cerca de 50 personas perdieron sus puestos y no descartan que las bajas se incrementen en el marco de una "política de vaciamiento".
Así lo alertaron en el diálogo con Nuevo Diario, la comunidad científica de la Universidad Nacional de Salta, cuyas identidades decidieron reservar por miedo al otro fantasma: el de la persecución.
Al respecto desde la Asamblea de Becarios y Becarias de Conicet de Salta y la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras de Ciencia y Técnica de Salta, expresaron “la preocupación que nos genera este desfinanciamiento, este desprestigio y esta imposibilidad de concebir lo necesario, que es la ciencia y la tecnología en un país que se propone no solamente productivo sino también equitativo y justo”. “Invitamos a quienes lean la nota, a que busquen la página de internet y vean cómo se financian nuestros proyectos, qué áreas tienen, qué porcentajes, qué temas investigamos, pues se van a llevar una sorpresa muy grata. Tenemos una multiplicidad de estudios que nos hacen estar en el ranking 22 del mundo como organismo científico y primero en América Latina”, afirmaron los investigadores.
Datos, no relato
Según precisaron a este medio, en Salta y Jujuy existen 10 institutos de investigación del CONICET y más de 100 investigadores en zonas de influencia como los Hospitales Papa Francisco, Oñativia, Materno Infantil; u organismos como el INTA, Parques Nacionales, etc. Además explicaron en relación al alcance de sus trabajos que, cada instituto tiene sus propias líneas de investigación con aportes significativos en tecnologías de distintos rubros como biotecnología, energía renovable, agtech, litio, salud humana, acceso y calidad del agua, acceso a la justicia, sanidad animal, buen vivir de comunidades wichís, kollas; programación, estadística, contaminación de suelos, análisis para empresas y proyectos, hidrocarburos, chagas, dengue, leishmaniasis, tiroides, riesgos ambientales, alimentos, entre los principales. Asimismo, explicaron que CONICET, no financia todo lo necesario para las investigaciones, sino que además los grupos de investigadores, deben conseguir fondos extra. “No hay ñoquis en el CONICET, todos los estamentos ingresan por concurso. No hay partidos ni acomodos”, enfatizaron desde la comunidad científica.
Un “ómnibus” que atenta contra lo colectivo
Respecto a la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, o más conocida como Ley Ómnibus, desde la Asamblea de Becarios, volvieron a alertar sobre el perfil de lo que se propone: “Hay una multiplicidad de artículos que nos impactan no sólo como organismo de ciencia, sino también en las distintas temáticas que estudiamos y que nos interpelan porque formamos parte de esos espacios del medio ambiente, del género, de la educación, del arte, de la cultura, pero nosotros entendemos que lo más preocupante de esta ley tiene que ver con las facultades delegadas. Esta posibilidad de delegarle capacidad de facultades legislativas al Poder Nacional durante un año y con la posibilidad de prorrogar es lo que nosotros entendemos que le va a permitir al Poder Ejecutivo tomar decisiones del ámbito legislativo y que conllevan una discusión democrática sobre algunos aspectos, en donde entendemos que va a ejecutar esta posición de la que ya estuvimos hablando respecto al pensamiento y lugar que el presidente Milei cree que tiene que tener la ciencia y la técnica en la Argentina”, expresaron con preocupación.
“Hay una forma de pensar la ciencia y las investigaciones que plantea que todo lo que hace Conicet debería ser financiado por el sector privado y que si el sector privado no lo hace quizá no es rentable y no es necesario. Esa mirada, más allá de una perspectiva, más allá de que conlleva una perspectiva ideológica respecto del uso de la ciencia y la tecnología y la soberanía científica en general, más allá de que es un posicionamiento ideológico, es una mirada que desconoce la forma en la que se construye el conocimiento, y el conocimiento se construye de forma colectiva”, sentenciaron.