Salta

Campaneros del Milagro: Guardianes del Repique Salteño que no calló nunca

En la Catedral Basílica de Salta, el sonido de las campanas no es solo tradición, sino también un acto de fe que se renueva año tras año en honor al Señor y la Virgen del Milagro. Nuevo Diario conversó con Manuel Ibañez, campanero que brindó todas las características únicas del “repique salteño”.

Detrás de cada repique está el trabajo comprometido de un grupo de 15 campaneros activos, quienes conforman un apostolado único en Sudamérica.

Manuel Ibáñez y Fabricio Áñez, encargados del grupo, lideran este equipo que mantiene viva una de las tradiciones más profundas del pueblo salteño.

“Somos los encargados de cumplir esta misión con los demás muchachos de este hermoso apostolado”, expresó Ibáñez.

Recordando que, del 6 al 12 de septiembre, en el marco de la novena del Milagro, se realizan los llamados penitenciales en distintos momentos del día. “Durante esta etapa, suena únicamente la campana mayor, dedicada al Señor del Milagro. A partir del triduo —13, 14 y 15 de septiembre— las cinco campanas entran en acción en un repique que convoca a los fieles a las misas pontificales, celebradas a las 10 de la mañana, y a la Misa Estacional del 15 de septiembre”.

El campanero más veterano del grupo -describe- es José Gregorio Fernández, conocido como “Pepe”, quien ha dedicado 44 años de su vida a esta labor.

En el otro extremo, los más jóvenes son Maximiliano Posada y Tomás Gutiérrez, representantes de una nueva generación que mantiene viva esta expresión de fe.

Una de las características más notables del repique salteño es su interpretación completamente manual.

A diferencia de otras iglesias, en Salta no se utilizan motores ni sistemas eléctricos: “Es todo interpretado por la fuerza del hombre”, destacan los campaneros. Incluso durante la pandemia, cuando la Plaza 9 de Julio permanecía vacía, las campanas no guardaron silencio.

Sonaron acompañadas por las sirenas, como un símbolo de esperanza y continuidad en medio de la adversidad.

La melodía del Milagro es única en toda Sudamérica y, según relatos históricos, su origen estaría vinculado a una antigua derivación del malambo.

Esta particularidad convierte al repique salteño no solo en una expresión religiosa, sino también en un patrimonio sonoro y cultural que trasciende generaciones.

Más de 200 kinesiólogos asisten a los peregrinos del Milagro

Desde el 7 de septiembre, más de 200 kinesiólogos voluntarios se desplegaron por distintas rutas de peregrinación en la provincia de Salta para brindar atención a los fieles que caminan por las festividades del Señor y la Virgen del Milagro. El operativo de asistencia comenzó en Iturbe, ubicada antes de llegar a Iruya, donde un primer grupo de profesionales atendió a los peregrinos provenientes de Nazarena e Iruya. Desde allí, los kinesiólogos continuaron por Puente Morales, el Maray, Las Abritas, y también brindaron atención a los caminantes de San Carlos, Cafayate y Cachi.

“Ayer y antes de ayer los chicos estuvieron en La Ciénaga, en un puesto donde se quedaron dos días”, relató Liliana Pastor una de las referentes de los kinesiólogos que forma parte del operativo.

También estuvieron en Cerrillos, en Cobos, y ahora ya instalados en Plaza 9 de Julio. “Otro grupo de colegas se dirige a Campo Quijano, y ya estamos en La Rural, el Jockey Club y la Escuela Remedios de Escalada”, dijo. “Es físicamente imposible registrar a todos los que se atienden. Es un peregrino tras otro. Nos faltan manos”, explicó. Los kinesiólogos trabajan de forma autogestionada, gracias a donaciones de pacientes, amigos y familiares, y se organizan en grupos que recorren las diferentes rutas para dar soporte a los caminantes. Las lesiones más comunes que atienden son esguinces de tobillo y rodilla, traumatismos de muñeca y dolencias musculares derivadas del esfuerzo físico. También enseñan a los peregrinos técnicas de elongación y estiramiento para prevenir lesiones y llegar en mejores condiciones a destino.

“Estamos muy contentos porque todo va saliendo bien. Es un año más de atención a los peregrinos, y ver cómo se valora nuestro trabajo nos llena de orgullo”, dijo.

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