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Salta rechazó los vetos presidenciales por fondos a la salud y las universidades con una marcha

La defensa de la universidad pública y de la salud reunió este miércoles a miles de personas en las principales calles de la ciudad de Salta, en simultáneo con movilizaciones en distintos puntos del país.

La protesta se dio en paralelo al debate en la Cámara de Diputados de la Nación, que finalmente rechazó los vetos del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario y a la de Emergencia Pediátrica para el Hospital Garrahan.

La jornada estuvo marcada por pronunciamientos de actores políticos, gremiales y estudiantiles, y dejó expuesta la fractura de la representación salteña en el Congreso de la Nación: mientras la mayoría de los diputados de la provincia votaron contra los vetos, los libertarios lo hicieron a favor, en sintonía con la Casa Rosada.

Sáenz pidió dejar la política de lado para defender educación y salud

La discusión se abrió temprano, cuando el gobernador Gustavo Sáenz utilizó sus redes sociales para dirigirse a los legisladores nacionales. Allí instó a dejar de lado las diferencias partidarias y defender los recursos destinados a las universidades y al Hospital Garrahan.

“Estos temas son muy sensibles, sobre todo para aquellos que vivimos en el NOA y el NEA, en el norte profundo de la Patria”, advirtió. Sáenz reclamó que se protejan las oportunidades de los jóvenes que acceden a las universidades públicas y de los miles de niños que fueron tratados en el Garrahan. Además, remarcó que el financiamiento universitario no constituye un desequilibrio fiscal y propuso combinar “financiar y auditar”, poniendo el foco en el centralismo porteño: “Ahí no está el desequilibrio fiscal, les aseguro. Busquen en Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. Auditemos para eficientizar los recursos”.

El gobernador volvió a referirse a las asimetrías en salud y educación, señalando la falta de aparatología y tecnología en el norte frente a lo que se ofrece en la Capital Federal. “Una dura realidad, triste, pero una gran verdad”, sintetizó.

Los ojos del país se encontraban puestos sobre el mandatario provincial, que otrora acompañara otros proyectos legislativos del Gobierno Nacional y que en las últimas semanas dio a conocer su malestar por el destrato de Nación para con las provincias, y su reclamo sostenido por un federalismo real.

El reclamo estudiantil

En Salta, los seis centros de estudiantes de la Universidad Nacional de Salta y de las facultades locales leyeron un documento contundente bajo el título “En defensa de la Educación Pública”. Allí denunciaron que el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario se inscribe en un “plan sistemático de ajuste” que golpea directamente a las universidades, la ciencia, la investigación, la salud y a todos los derechos conquistados por el pueblo argentino. Enumeraron las consecuencias concretas de ese desfinanciamiento: aulas que se vacían, laboratorios que cierran, hospitales sin recursos, salarios docentes y no-docentes por debajo de la línea de pobreza, becas insuficientes, estudiantes que no pueden sostener sus estudios por el costo del transporte o la falta de servicios básicos en las universidades. “El vaciamiento no es casualidad: es una decisión política tomada por un gobierno nacional al que no le interesa que nosotros, los hijos de obreros, cumplamos nuestro ansiado sueño de convertirnos no solo en profesionales sino también en sujetos con igualdad de oportunidades”, afirmaron.

El documento también reivindicó a la universidad pública como una herramienta de transformación social y de igualdad. “Mientras la universidad pública siga de pie, seguirá viva la esperanza de una Argentina más justa, libre e igualitaria”, señalaron. En ese marco, exigieron al presidente que promulgue la Ley de Financiamiento Universitario y reclamaron a los legisladores no convalidar el veto, además de políticas reales que hagan posible estudiar: boleto estudiantil, becas suficientes, salarios dignos y un presupuesto acorde.

La adhesión de la UNSa al documento nacional

Aunque no se leyó en la marcha salteña, la Universidad Nacional de Salta adhirió formalmente al documento nacional titulado “El sueño de un país, el grito de una nación”, elaborado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Este texto, firmado el mismo 17 de septiembre, trazó un diagnóstico aún más amplio y severo sobre el estado de las universidades, la ciencia y la salud pública. Denunció la pérdida presupuestaria en términos reales de más del 30%, las más de 90 obras de infraestructura paralizadas, la crisis salarial que deja a la mayoría de docentes y no-docentes por debajo de la línea de pobreza, y el pluriempleo como única salida. También alertó sobre la “fuga de cerebros”, producto de la falta de ingresos al CONICET y la paralización de la Agencia I+D+i, principal organismo de promoción de la investigación.

El documento no sólo vinculó esta crisis con el deterioro del sistema universitario, sino también con el debilitamiento del sector productivo, la soberanía científica y tecnológica y la pérdida estructural de capacidades que, de no revertirse, tardarán años en recomponerse.

Respecto al veto presidencial, fue categórico: “El veto del Presidente Milei a la ley de financiamiento representa un nuevo ataque al derecho a la educación, a la soberanía, a la justicia social y al futuro de la juventud. Queremos decirlo con claridad: no hay posibilidad de garantizar el desarrollo normal de nuestras actividades sin ley de financiamiento”. El texto concluyó con un llamado a la memoria de los legisladores: “Sabemos que muchos de ustedes son graduados de la universidad pública argentina y les pedimos que, cuando tomen la decisión, lo hagan como dignos hijos de nuestra Universidad, garantizando que las generaciones del presente y las que vengan tengan las mismas posibilidades que ustedes tuvieron”.

Los puntos del documento unificado fueron vertidos este miércoles, en palabras del rector de la Universidad Nacional de Salta, Miguel Nina, Diego Maita de ADIUNSa, Stella Mimessi de APUNSa, Raúl Alberto Becchio del CONICET, y Mirta Torres, jubilados/ddhh.

La palabra de los gremios

Stella Mimessi, secretaria general de APUNSA, siguió en tiempo real la sesión de Diputados mientras se desarrollaba la marcha en Salta. En diálogo con Nuevo Diario, celebró el rechazo al veto y la masividad en la participación a la marcha, no solo del sistema universitario sino también desde otros gremios, movimientos sociales, organismos de Derechos Humanos: “estamos muy contentos como miembros de la Universidad Nacional de Salta y de la comunidad, que hemos tenido el apoyo de 174 diputados nacionales que le han dicho ‘no’ a las políticas de desgobierno y que han apoyado a la Universidad Pública y también a la Salud y se han puesto esta vez del lado del pueblo”.

“Las expectativas están ahora en lo que pasa en la Cámara de Senadores y posteriormente cuáles son las vías administrativas que seguirá el presidente porque ya tenemos la experiencia de que ha judicializado otros vetos”, dijo y destacó: “La noticia de hoy es un gran aliciente, hemos marchado con mucha alegría y nos han acompañado muchos vecinos”.

“Nos queda la esperanza de que aprueben esta ley que entre otros puntos viene a reparar los salarios de los trabajadores y trabajadoras a diciembre del 23, y nos queda aún la lucha por el presupuesto universitario”, cerró asegurando: “nos seguiremos encontrando en un plan de lucha”.

El debate en el Congreso y la grieta salteña

Mientras en las calles de todo el país se multiplicaban las marchas, en la Cámara baja se desarrollaba un intenso debate. Finalmente, Diputados rechazó los vetos presidenciales, dándole aire a las universidades y al sistema de salud.

La diputada salteña Pamela Calletti fundamentó su voto en contra con un fuerte discurso: “No se puede gobernar a base de vetos. Este gobierno utiliza la mentira como forma de degradar la institucionalidad. El debate es más profundo que una planilla de Excel: debatimos qué Argentina queremos, si una basada en la timba financiera o en el conocimiento al alcance de todos”. Calletti recordó que la ley de financiamiento incluye auditorías e informes al Congreso, y denunció que “el único que gasta sin control es el Gobierno Nacional porque no tiene presupuesto”.

En contraste, los diputados libertarios por Salta se alinearon con el oficialismo nacional y votaron a favor de los vetos, a contramano de sus pares comprovincianos, lo que generó malestar en los sectores movilizados.

El rechazo al veto en Diputados fue celebrado como un triunfo parcial por el movimiento universitario, gremial y social. Sin embargo, todos los actores advirtieron que la pelea no está cerrada: falta la definición del Senado y la respuesta del Poder Ejecutivo.

Mientras tanto, las calles de Salta, en sintonía con el país, volvieron a demostrar el respaldo masivo de la sociedad a la educación y la salud públicas. En palabras del documento nacional al que adhirió la UNSa: “Todas y todos somos la Universidad pública argentina. Un instrumento de movilidad social extraordinario, el lugar que aloja la esperanza y hace posible los sueños de miles de jóvenes”.

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