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Caso Salas: Testigos vieron al hombre con una perrita días antes del crimen

Durante la sexta jornada del juicio que se sigue contra los hermanos Adrián Guillermo y Carlos Damián Saavedra, acusados por el femicidio de Jimena Beatriz Salas, declararon vecinas de la localidad de Vaqueros, un obrero de la construcción y efectivos policiales que participaron en los rastrillajes realizados tras el crimen.

En la audiencia se escuchó el testimonio de dos mujeres que aseguraron haber tenido contacto, días antes del homicidio, con un hombre que se presentó en sus domicilios con una perrita caniche gris, argumentando que se encontraba perdida y que buscaba a sus dueños.

“Dijo llamarse Matías”

La primera testigo relató que el 23 de enero de 2017 se encontraba cuidando la casa de una amiga en Vaqueros, cuando fue abordada por un joven que llevaba en brazos a una pequeña perrita.

Dijo que el hombre se presentó como “Matías”, que era vecino y que debía irse a trabajar.

Ella le propuso quedarse con el animal para ayudarlo, pero él se negó. La mujer le tomó fotos al animal y se las envió a su amiga, quien le dijo no conocer a ningún vecino con ese nombre ni con las características físicas mencionadas.

La testigo describió al sujeto como delgado, de estatura media, tez blanca, cabello oscuro bien peinado, rostro angosto y vestido de manera formal, con camisa, pulóver y zapatos marrones llamativamente limpios, a pesar del barro en la calle. También dijo que llevaba una mochila tipo militar.

En la audiencia, le mostraron fotografías de uno de los imputados, Javier Saavedra, obtenidas de redes sociales y con el aspecto que tenía en 2017.

La testigo dijo que el hombre “guardaba bastante parecido” con quien visitó la casa, aunque no pudo asegurarlo de manera categórica por el paso del tiempo.

Recién en mayo de ese año, al difundirse versiones sobre la posible participación de un hombre que usó una mascota como señuelo, la testigo vinculó el episodio con el crimen de Jimena Salas. En noviembre, tras la publicación de imágenes extraídas del celular de la víctima, advirtió que se trataba de la misma perrita que ella había fotografiado cuatro días antes del asesinato, y decidió aportar las imágenes al expediente.

Otra vecina contó un episodio similar en el mes de enero.

Dijo que un hombre se presentó en su casa por la tarde con una perrita, pidiéndole que la cuidara porque él tenía que irse. Ella se negó porque tenía perros grandes.

El sujeto, de aspecto formal y cabello oscuro, se retiró sin insistir y subió a un auto oscuro estacionado en las cercanías.

Tiempo después, al ver en medios las fotos rescatadas del celular de Jimena Salas, reconoció a la perrita como la misma que había visto aquel día.

La madre de la primera testigo también declaró en la jornada.

Relató que fue ella quien primero vio al joven con la perrita desde el balcón de la casa y comentó un detalle que le resultó llamativo: el calzado del sujeto.

Según dijo, llevaba zapatos marrones impecablemente limpios, inusuales para el contexto de calles con barro y para alguien joven.

También brindó testimonio la propietaria de una farmacia local, quien impulsó marchas vecinales pidiendo justicia por Jimena Salas, junto a una compañera de trabajo.

Ambas resaltaron el fuerte impacto social que causó el hecho en la comunidad.

En aquellos días y cuando no se contaba con los identikits, que se conocieron meses más tarde, los vecinos, amigos y familiares de Jimena Salas cortaban la ruta de acceso a Vaqueros pidiendo por su esclarecimiento.

Hallazgo del celular

Un obrero de la construcción que trabajaba en la zona el día del crimen aportó su testimonio, al igual que dos efectivos policiales que en ese entonces eran aspirantes de la Escuela de Suboficiales.

Ambos participaron de los rastrillajes y hallaron el teléfono celular de la víctima abandonado en una banquina de la avenida San Martín de Vaqueros.

Finalmente, se incorporaron por lectura diversos informes policiales que, desde los primeros días de la investigación, señalaban la presencia de un hombre con una mascota perdida como posible modus operandi para ingresar a las viviendas.

El juicio continúa. Los hermanos Saavedra están acusados como coautores del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, femicidio y por el concurso premeditado de dos o más personas.

Jimena Salas fue asesinada el 27 de enero de 2017 en su casa del barrio San Nicolás, en Vaqueros. Su cuerpo fue hallado con múltiples heridas de arma blanca tras un llamado al 911 realizado por su esposo. El juicio continuará mañana viernes a las 8.30 con la recepción de nuevos testimonios.

El tribunal está conformado por los jueces José Luis Riera (presidente), Mónica Faber y Maximiliano Troyano.

Como se sabe en agenda judicial figura como fin de las audiencias el último día hábil de octubre.

Todavía resta el testimonio de más de la mitad de los testigos aportados tanto por la fiscalía, como por la defensa que ejerce el penalista Marcelo Arancibia.

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