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Fuerzas navales de EE.UU. lanzaron cañones con proyectiles en el Caribe en ofensiva antinarco

En una operación militar con fuego real en el mar Caribe, Washington busca neutralizar rutas del narcotráfico tras catalogar a los cárteles como organizaciones armadas.

El Comando Sur de Estados Unidos llevó a cabo maniobras militares con fuego real en aguas del mar Caribe como parte de una ofensiva dirigida contra el narcoterrorismo. Durante los ejercicios, se emplearon sistemas de artillería naval y defensa antiaérea. También utilizaron disparos coordinados desde barcos, mientras equipos del Cuerpo de Marines participaron en maniobras con municiones reales.

Las fuerzas navales desplegaron cañones que dispararon proyectiles y realizaron maniobras en formación, junto con detonaciones de municiones de alto calibre. Fue enfatizado que este tipo de acción no correspondía a un simple entrenamiento sino a operaciones bajo condiciones reales.

Este despliegue forma parte de una estrategia militar más amplia anunciada por la administración estadounidense. Eso se implento para ejercer presión sobre las redes del narcotráfico que operan en el Caribe y apuntan hacia el territorio norteamericano. Washington justifica el uso de fuerza bajo el argumento de que estas organizaciones constituyen “ataques armados” contra su seguridad nacional. Asimismo en tanto las ha calificado como “grupos armados no estatales” y “organizaciones terroristas”.

En una comunicación al Congreso, la Casa Blanca informó que recientemente se realizaron al menos tres operaciones que dejaron 14 fallecidos, a quienes se identificó como presuntos miembros de redes criminales. En su defensa, la portavoz de la Presidencia sostuvo que el presidente actúa conforme a los principios del derecho de los conflictos armados para proteger al país del ingreso de sustancias ilícitas.

La operación militar involucró un despliegue masivo de recursos: aviones F-35 desplegados en Puerto Rico, ocho buques de guerra y un submarino nuclear formando parte del bloque operativo en la zona. Este movimiento representa uno de los aumentos más destacados en la presencia naval estadounidense en el Caribe en las últimas décadas.

En paralelo, el presidente Donald Trump emitió una declaración oficial en la que calificó a los cárteles del Caribe como “combatientes ilegales” en un conflicto armado no internacional, legitimando así operaciones de combate contra ellos. Con esta decisión, el gobierno busca reforzar su capacidad de acción directa contra embarcaciones sospechosas involucradas en el tráfico de drogas.

Desde Caracas, el gobierno venezolano respondió con críticas vigorosas al operativo. El ministro de Defensa denunció el movimiento de aviones de combate estadounidenses cerca de aguas venezolanas, describiendo las maniobras como provocaciones a la soberanía nacional. A su vez, advirtió que el país ejercerá su derecho a la defensa frente a lo que considera agresiones unilaterales.

Fuente: Infobae

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