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China advierte represalias por “injerencia” del consulado de EE. UU. en Hong Kong

Pekín acusa al consulado estadounidense en Hong Kong de relacionarse con figuras prodemocráticas y exige que se suspendan contactos que considera desestabilizadores.

El régimen chino ha emitido una contundente advertencia hacia Estados Unidos luego de acusar al consulado general estadounidense en Hong Kong de incurrir en una supuesta “injerencia” en los asuntos internos de la ciudad. La tensión diplomática escaló tras una reunión oficial entre la cónsul estadounidense y un alto representante chino, en la que se le presentaron formalmente quejas y exigencias en torno a su conducta diplomática.

Durante ese encuentro, el comisionado del Ministerio de Asuntos Exteriores en Hong Kong presentó una “protesta solemne” y planteó una serie de condicionamientos a la diplomática. Entre las exigencias transmitidas figuraron: la abstención de reuniones con personas vinculadas a actividades antichinas. También implementaron el rechazo a colaborar con fuerzas consideradas desestabilizadoras, la prohibición de financiar actos que se interpreten como desafíos al orden local. Y por último la no interferencia en casos judiciales relativos a la seguridad nacional.

La polémica se intensificó después de la difusión de imágenes en las que la cónsul aparecía junto a figuras proyectadas como líderes de la oposición, en un evento promovido por el consulado desde el momento en que asumió el cargo. Autoridades chinas acusaron estas acciones de reproducir tácticas de desestabilización relacionadas con protestas anteriores.

En respuesta, Washington defendió la práctica diplomática habitual, señalando que sus representantes tienen la responsabilidad de promover los intereses estadounidenses globalmente. En ese sentido, el Departamento de Estado reafirmó que el accionar de sus funcionarios no excede el marco normal de las relaciones internacionales, incluso en territorios con alta sensibilidad política.

Esta disputa se produce en un marco de creciente tensión entre ambas potencias sobre temas de soberanía, seguridad y legitimidad internacional. En el caso específico de Hong Kong, Pekín ha reforzado normativas de control interno desde la implementación de la Ley de Seguridad Nacional, y ha endurecido las sanciones contra actos que clasifica como “subversivos”.

La escalada diplomática conduce ahora al interrogante sobre la magnitud de las represalias chinas si consideran que sus límites han sido rebasados. En el horizonte aparece la posibilidad de restricciones a personal diplomático estadounidense, nuevas exigencias para su operación en Hong Kong, o incluso medidas simbólicas que subrayen el mensaje de no tolerancia hacia la intervención externa.

Fuente: Infobae

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