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Salas fue atacada por sorpresa, quizás por más de una persona: espalda y delantera

En continuidad con el juicio por el brutal femicidio de Jimena Beatriz Salas, se escuchó el aporte testimonial de dos peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y tres efectivos que participaron en diversas diligencias a lo largo de la causa

El proceso busca arrojar luz a los hechos que terminaron en enero del 2017 con la vida de Jimena Beatriz Salas, están imputados los hermanos Adrián Guillermo y Carlos Damián Saavedra, como coautores de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, concurso premeditado de dos o más personas y femicidio.

Pericias sobre la escena del crimen

El primero en declarar fue un licenciado en Criminalística, quien participó en numerosas etapas de la investigación.

Detalló que, al inspeccionar la vestimenta de la víctima, encontró al menos 40 cortes producidos con arma blanca, principalmente en la parte posterior de las prendas, lo que sugiere un ataque sorpresivo y violento, posiblemente con más de un agresor.

También se refirió a las prendas de las hijas menores de Salas, en las que se detectaron manchas sanguinolentas, y al análisis de la ropa del viudo, sobre la cual no se encontraron indicios relevantes desde el punto de vista criminalístico.

Además, el perito describió la inspección de tres vehículos secuestrados a los acusados: un Volkswagen Vento marrón, un Renault Clío azul y un Renault Logan oscuro.

Se realizaron hisopados y registros fotográficos en el interior de los automóviles.

En cuanto a la prueba fotográfica, el perito realizó una comparación entre el calzado de uno de los acusados y fotografías recuperadas del celular de la víctima, redes sociales y aportes de testigos.

Determinó que los mocasines marrones sin cordones que aparecían en las imágenes guardaban similitudes relevantes con los usados por uno de los imputados, aunque aclaró que no se podía afirmar una correspondencia concluyente.

Huellas y allanamientos

También declaró una especialista en dactiloscopía, quien analizó huellas recolectadas en el lugar del crimen y otros objetos. Informó que varias eran parciales o no aptas para cotejo. Más adelante, comparó esas huellas con las de los hermanos Saavedra y de 33 familiares, sin hallar coincidencias.

El juicio también incorporó el testimonio de un oficial de la Unidad de Investigaciones de UGAP, quien participó en un allanamiento clave en 2022, en la casa de la madre de los acusados, en barrio Parque General Belgrano.

En ese procedimiento se secuestraron anteojos, una mochila verde tipo militar, documentos a nombre de otras personas y dispositivos electrónicos.

Otros dos efectivos del CIF relataron operativos realizados en septiembre de 2022.

Uno de ellos intervino en un allanamiento en el domicilio de la expareja de uno de los acusados, donde se secuestró un vehículo y material informático.

El otro, participó de un procedimiento en un inmueble de calle Mendoza al 600, casa que pertenecía a la madre de los Saavedra, donde fue hallada una camisa celeste y otros elementos de interés para la causa.

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