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Polonia acusa a Rusia de “terrorismo de Estado” tras sabotaje ferroviario

El primer ministro de Polonia denunció a Moscú por un acto de sabotaje en una vía clave con destino a Ucrania, calificándolo como una estrategia de desestabilización estatal.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, generó conmoción al calificar al sabotaje en la red ferroviaria del país como un “terrorismo de Estado” por parte de Rusia. Según su discurso en el Parlamento, los ataques al sistema ferroviario no son incidentes aislados sino parte de un plan más amplio, diseñado por los servicios del Kremlin para socavar la seguridad de Polonia.

El sabotaje ocurrió en una línea férrea estratégica entre Varsovia y Lublin, utilizada habitualmente para transportar ayuda humanitaria y militar a Ucrania. Tusk aseguró que en los últimos meses los servicios rusos han planificado estas acciones con un fin deliberado: “destruir vidas humanas y desestabilizar los cimientos del Estado polaco”.

En la investigación preliminar, las autoridades identificaron a dos ciudadanos ucranianos como los principales sospechosos, quienes actuaron bajo la dirección de inteligencia rusa. Según los informes, los hombres colaboraban con Moscú desde hace tiempo; tras el incidente, huyeron hacia Bielorrusia, una acción que complica aún más el escenario diplomático.

Paralelamente, el gobierno polaco cerró el último consulado ruso activo en Polonia, ubicado en la ciudad de Gdańsk. La decisión la presentaron como una respuesta directa a lo que Varsovia describe como agresiones sistemáticas de origen híbrido.

La Fiscalía polaca ha calificado los hechos como “actos de sabotaje de naturaleza terrorista”. A su vez, desde Bielorrusia informaron que las fuerzas de seguridad están trabajando en conjunto con Polonia para localizar a los sospechosos, lo que pone de manifiesto la magnitud del operativo.

Tusk, durante su intervención parlamentaria, hizo un llamado a la unidad nacional frente a lo que considera una campaña deliberada para sembrar discordia entre Polonia, Europa y Ucrania. Además, alertó sobre el riesgo de una desinformación masiva destinada a deslegitimar la versión oficial.

Rusia, por su parte, rechazó de plano las acusaciones. A través del Kremlin, negó haber financiado o dirigido dichas operaciones, y acusó al gobierno polaco de alimentar la “rusofobia”.

Fuente: Infobae

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